Desde París (AFP)

La larga persecución a un enigmático transformista, el neutrino

El neutrino, una partícula elemental tan enigmática como abundante en el universo, es un verdadero transformista al que los científicos siguen la pista desde hace 80 años, cosechando por el camino varios premios Nobel.

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El retraro de Arthur B McDonald y una ilustración que describe su trabajo durante una conferencia de prensa de entrega del premio Nobel de Física el 6 de octubre de 2015 - AFP/AFP
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El neutrino, una partícula elemental tan enigmática como abundante en el universo, es un verdadero transformista al que los científicos siguen la pista desde hace 80 años, cosechando por el camino varios premios Nobel.

En tanto miles de billones de neutrinos atraviesan en cada segundo nuestro cuerpo a la velocidad de la luz sin que sintamos absolutamente nada, el japonés Takaaki Kajita y el canadiense Arthur McDonald han descubierto uno de los enigmas que rodean a esta extraña partícula, lo que este martes les significó el Premio Nobel de Física.

Lograron probar experimentalmente que los neutrinos son verdaderos camaleones capaces de transformarse e inclusive, a veces, volver a su estado inicial.

"Es más o menos como si usted tuviera una manzana en una mano y de golpe se transforma en una manzana", explica a la AFP Alfons Weber, especialista en neutrinos de la universidad de Oxford (Gran Bretaña).

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Los neutrinos sí tienen masa (AFP/AFP)

Emitidos por las estrellas y la atmósfera, los neutrinos también pueden ser creados por la radiactividad beta, como la que generan las centrales nucleares.

Actualmente, tres especies o "salvadores" de neutrinos (o antipartículas) han sido identificados. El neutrino-electrón, asociado como su nombre lo dice a un electrón, neutrino-muon, asociado a un muon (electrón pesado) y el neutrino-tau, asociado a la partícula tau (electrón aún más pesado).

"Estos neutrinos tienen la propiedad de transformarse de manera periódica ("oscilación") y de pasar de una especie a otra cuando se desplazan", explica a la AFP Daniel Vignaud, investigador emérito del laboratorio de AstroPartículas y Cosmología de la universidad de París 7. "Pero este fenómeno solamente es posible si cuentan con masa", advierte.

"Este descubrimiento de la oscilación de los neutrinos y de que tienen masa resuelve uno de los más antiguos problemas de la física: el hecho de que el sol no produzca tantos neutrinos como debiera. Actualmente, sabemos que se metamorfosean", subraya Roy Sambles, presidente del IOP (Institut of Physics) británico en un comunicado.

Estos resultados son ricos en consecuencias para los investigadores puesto que sacuden al "Modelo Standard" de la física de partículas, que no preveía dotar de masa al neutrino.

Éste es un modelo teórico muy preciso que describe a los componentes de la materia y las fuerzas que actúan sobre ella.

"Actualmente es necesario adaptar este modelo" a este nuevo dato, indica Vignaud.

- Una larga investigación -

"Quizás sea una puerta abierta para una explicación de la desaparición de la antimateria en el universo tras el Big Bang. Pero se trata de una idea teórica, una especulación que debe confirmarse experimentalmente. Esto será muy, muy largo", declara a la AFP Jacques Dumarchez, investigador del CNRS (Centro nacional de la Investigación Científica) francés.

En cambio, "no hay aplicaciones concretas" a esperar de esta larga investigación, reconoce.

"En estas últimas décadas, la investigación del neutrino ha sido una verdadera pesquisa policial, de un extremo al otro, y aún no ha terminado", agrega.

Al comienzo de todo, el austriaco Wolfgang Pauli, el "padre" del neutrino en los años 1930, "postuló la existencia" de estas partículas. Él imaginaba una partícula de carga neutra, difícil de detectar, puesto que estaría desprovista de carga eléctrica.

Pero, en 1956, los estadounidenses Frederick Reines y Clyde Cowan detectan realmente por primera vez los neutrinos. Reines obtendría el Premio Nobel de Física de 1995 por el descubrimiento del neutrino, junto a su compatriota Martin Lewis Perl, quien descubrió el neutrino-tau .

Luego, los también estadounidenses Leon Lederman, Melvin Schwartz y Jack Steinberger encuentran una nueva especie, el neutrino-muon, por lo que recibieron el mismo galardón en 1988.

Perl descubrió al neutrino-tau en los años 1990.

En los años 2000, los científicos descubren que ciertos neutrinos cambian de naturaleza durante su viaje. Nuevo premio Nobel en 2002, entonces para el estadounidense Raymond Davis y el japonés Masatoshi Koshib.

Por su parte, el también nipón Kajita y el canadiense McDonald completaban este 'puzzle' con sus experimentos realizados entre 1998 y 1999, que les permitieron deducir que los neutrinos tienen masa.

Los científicos continúan al acecho, puesto que algunos esperan descubrir un cuarto neutrino.




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