Desde Makiivka (Ucrania) (AFP)

Los mineros del Este de Ucrania siguen sacando carbón pese a la guerra

A 700 metros de profundidad, en medio de una nube de polvo negro, Evgueni Katchel cava una capa de carbón, tumbado sobre el vientre. En apariencia, en 50 años no ha cambiado nada en esta mina del este de Ucrania.

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Un minero trabajando en la mina de carbón de Kalinovskaya-Vostochnaya, en la localidad ucraniana de Makeevka, cerca de Donetsk (este del país), el 23 de diciembre de 2014 - AFP/AFP
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A 700 metros de profundidad, en medio de una nube de polvo negro, Evgueni Katchel cava una capa de carbón, tumbado sobre el vientre. En apariencia, en 50 años no ha cambiado nada en esta mina del este de Ucrania.

Nada, salvo que esta zona está ahora controlada por los separatistas prorrusos en conflicto armado con las fuerzas regulares ucranianas que ha dejado más de 4.700 muertos desde abril. "Es el período más complicado que he conocido", dice Kachel, de 32 años. "Pero seguimos necesitando carbón, por lo que seguimos trabajando".

Situado en Makiivka, la mina Kalynivska-Skhidna, una empresa pública ucraniana, esta dividida entre las directivas de Kiev, situada a más de 700 kilómetros, y las de los rebeldes que asumen el control en el lugar. "A veces, estamos más a gusto en el fondo de la mina", reconoce Dimitri, otro minero.

Antes del estallido de la rebelión prorrusa, la mina suministraba carbón a varias acererías públicas y privadas en la región.

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Dos mineros trabajando en la mina de carbón de Kalinovskaya-Vostochnaya, en el este de Ucrania, el 23 de diciembre de 2014 (AFP/AFP)

Actualmente, son los rebeldes los que dictan sus condiciones: la mina ya no trabaja para Kiev, sino para la autoproclamada república de Donetsk, una de las principales ciudades de la inmensa cuenca minera del Donbass. "Estamos bajo control de las autoridades que actualmente tienen el control local", explica Vera Liashenko, portavoz del grupo que explota la mina. "Sobre todo, desde que tienen armas". "Nuestra preocupación principal es no pelearnos o inmiscuirnos en política, sino proseguir nuestras actividades para los que trabajan aquí", subraya.

- Trabajo sin salario -

Los mineros que pasan la mayor parte del tiempo en la oscuridad, bajo tierra, han sufrido el conflicto, ya que han dejado de cobrar durante un tiempo sus sueldos. "Dejamos de recibir durante meses nuestros salarios", dice el minero Vladimir Gavrilenko.

Incluso cuando se reanudaron los pagos, a los mineros les resultaba casi imposible retirar el dinero, pues el último banco ucraniano presente en esta zona suspendió sus servicios financieros a finales de noviembre en el este del país por orden de Kiev. "Dicen que acabamos de recibir una parte de nuestro salario de octubre, pero todavía no he podido comprobarlo", explica Gavrilenko.

Pese a las dificultades, la mina solo ha estado cerrada unos días desde el inicio del conflicto, cuando los combates se acercaron demasiado a ella.

Según un responsable de la mina, Serguei Grichanov, unos 30 de los 120 mineros que trabajan en esta explotación se han sumado a las filas de los rebeldes para combatir las fuerzas ucranianas, pero el resto continúan haciendo su trabajo. "Pienso que cada uno debe hacer lo que sabe hacer mejor", estima el minero Alexei Popov. "Si vamos a luchar y decimos 'paremos de sacar carbón', ¿qué ocurriría? ¿Cómo funcionarían las centrales eléctricas, cómo podría calentar la gente sus casas?", se pregunta.

Muchos interrogantes quedan sin embargo sin respuesta. ¿Quién financia actualmente las actividades de la mina? ¿A dónde va a parar el carbón extraído? ¿A quién se le vende?

La misión de observación de la Organización para la seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) desplegada en el este de Ucrania ha dicho en varias ocasiones que el carbón ucraniano extraído en esta zona va a parar a la vecina Rusia.

Al descender todos los días al fondo de la mina, los mineros no se hacen muchas preguntas y piensan seguir trabajando incluso después de la directiva de Kiev que ordena a todas las compañías públicas que cesen sus actividades en las regiones controladas por los rebeldes.

"Hemos recibido una carta en la que se nos dice que tenemos que parar de trabajar y que todas las empresas públicas deben irse a las zonas bajo control de las fuerzas ucranianas", dice Alexandre Gorobtsov, responsable de seguridad de la mina.

"¿Qué tenemos que hacer? ¿Envolver la mina y todos los yacimientos y llevarlos a la otra punta del país?".




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