Desde Shanghái (AFP)

Bicis, atajos y otras trampas que manchan el despegue del maratón en China

Tomar un atajo, subirse a una bicicleta o incluso reclutar a un doble. El maratón vive un despegue en China, pero las frecuentes trampas de los participantes preocupan a las autoridades por las consecuencias que puedan tener en la imagen del país en el exterior.

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Unos participantes en el maratón de Wuhan, en China, cruzan el puente del río Yangtze el 15 de abril de 2018 - AFP/AFP/Archivos
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Tomar un atajo, subirse a una bicicleta o incluso reclutar a un doble. El maratón vive un despegue en China, pero las frecuentes trampas de los participantes preocupan a las autoridades por las consecuencias que puedan tener en la imagen del país en el exterior.

En los últimos años millones de chinos han abrazado el maratón. Muchos invierten en modernas y llamativas prendas deportivas y sacan pecho de sus actuaciones en las redes sociales o en el currículum, con la esperanza de impresionar en la búsqueda de un trabajo.

Pero los organizadores deben luchar contra el número creciente de maneras de intentar sortear las reglas.

- De 22 carreras a 1.500 -

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Unos participantes en el maratón de Wuhan, en China, cruzan el puente del río Yangtze el 15 de abril de 2018 (AFP/AFP/Archivos)

Las autoridades han comenzado a reaccionar. La Federación nacional de Atletismo (CAA) prohibió de por vida participar en carreras en el país a tres chinos que hicieron trampas a mediados de abril en el prestigioso maratón de Boston.

Dos de ellos habían entregado falsos certificados asegurando que ya habían obtenido en carreras precedentes tiempos suficientemente buenos como para poder participar en Boston. El otro se cambió por un corredor de mejor rendimiento.

Sus comportamientos "han tenido un impacto negativo en la imagen de China", indicó la CAA para justificar la sanción.

Una agencia de viajes especializada en eventos deportivos proponía por 50.000 yuans (6.600 euros) la inscripción en el maratón de Boston, incluyendo los falsos certificados, informó la radio nacional.

Otros fraudes son menos sutiles. En marzo una participante se subió a una bicicleta durante el maratón internacional de Xuzhou (este). Y en el mediomaratón de Shenzhen (sur), en noviembre, más de 250 participantes hicieron trampas, principalmente tomando atajos.

El gobierno ha impulsado desde los juegos de Pekín 2008 la práctica deportiva entre sus ciudadanos. Resultado: En 2011 solo 22 maratones, semimaratones o carreras se organizaban en China; el año pasado esta cifra ascendió a 1.500, según la federación.

La prensa china habla de "una fiebre por el maratón", especialmente en las clases medias, lo que ha provocado que algunas carreras se preparen con precipitación.

La CAA publicó en diciembre nuevas reglas destinadas a erradicar las trampas, pero niega a la AFP facilitar cuántos corredores han sido culpables de fraude.

"El auge del maratón en China encuentra varias dificultades. La primera es la ausencia de una cultura del maratón y de una sensibilización a las reglas", señala al diario oficial China Daily el vicepresidente de la federación Yu Hongchen.

La Federación internacional de Atletismo (IAAF) entregó en enero la 'etiqueta de oro' al maratón de Xiamen, lo que le convierte en una de las competiciones mundiales de primer plano.

Pero esto no impidió que al menos cinco personas hicieran trampas, entre ellas una que se fabricó un dorsal falso. Preguntada por la AFP, la IAAF no hizo comentarios al respecto.

- 'Deporte nacional' -

Paco Borao, presidente de la Asociación internacional de Maratones y Carreras Urbanas (AIMS), subrayó que las trampas no solo se cometen en China.

"En algunas zonas, como los países de la región mediterránea, África, Sudamérica o China, la trampa parece ser un deporte nacional y la gente se divierte poniendo a prueba a la organización", señala.

"China forma parte de este grupo, pero no provoca una preocupación particular", añade.

Algunas carreras organizadas en el gigante asiático han optado por el reconocimiento facial para evitar posibles fraudes.

Los responsables del maratón de la Gran Muralla, que se celebrará el 18 de mayo en el más célebre de los monumentos chinos, aseguran que no contarán con esta tecnología, pero que vigilarán de cerca.

"El fraude no ha sido un gran problema para nosotros hasta ahora", explica el director de la prueba, Lars Fyhr. Estima en "un puñado" el número de tramposos en el pasado.

Puntos de pasaje obligatorios se instalarán a lo largo de la prueba para asegurar que los corredores respeten el recorrido.

"También pondremos cámaras en estos lugares, en caso de problema, veremos los vídeos para ver si alguien ha pasado o no", avisa.



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