Desde Vatakara (India) (AFP)

Una bisabuela mantiene en vida el arte marcial más antiguo de India

Esquivando hábilmente a su hijo con una caña de bambú, Meenakshi Amma compensa sus 78 años de edad con su pericia en kalari, considerado el arte marcial más antiguo de India.

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La profesora del arte marcial kalaripayattu Meenakshi Amma en su escuela en Vatakara, en el estado indio de Kerala (sur), el 14 de septiembre de 2021 - AFP/AFP
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Esquivando hábilmente a su hijo con una caña de bambú, Meenakshi Amma compensa sus 78 años de edad con su pericia en kalari, considerado el arte marcial más antiguo de India.

Esta bisabuela nacida en Kerala (sur de India) ha constituido un impulso clave en la resurrección del kalaripayattu, como se conoce también a este arte marcial, y en animar a las chicas a practicarlo.

"Empecé kalari cuando tenía siete años. Ahora tengo 78. Todavía practico, aprendo y enseño", dice a AFP la matriarca de la escuela Kadathanad Kalari Sangham, fundada por su fallecido marido en 1949.

"Cuando abres los periódicos, solo ves noticias de violencia contra mujeres", indica.

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Meenakshi Amma (D) practica con su hijo Sajeev Kumar este antiguo arte marcial que combina elementos del yoga y la danza, en Vatakara (sur de India), el 14 de septiembre de 2021 (AFP/AFP)

"Cuando las mujeres aprenden este arte marcial, se sienten físicamente y mentalmente fuertes, y les da confianza para trabajar y viajar solas", insiste.

Kalari, con elementos de danza y de yoga, puede conllevar el uso de armas como espadas, escudos y bastones.

Con teóricamente 3.000 años de antigüedad y mencionado en las antiguas escrituras hindúes, ha estado vinculado hasta el presente con la religión.

Los colonos británicos de India prohibieron su práctica en 1804, pero sobrevivió en la clandestinidad hasta un reimpulso a principios del siglo XX y también tras la independencia de 1947.

En décadas recientes ha repuntado su práctica, en gran medida gracias a Meenakshi, que ganó un premio nacional en 2017.

Ahora está reconocido como deporte y se practica en toda India.

En su escuela, su hijo Sanjeev Kumar, con el pecho descubierto y un lungui atado a su cintura, marca el paso a sus alumnos descalzos encima de un suelo de arena ocre.

"Hay dos divisiones en kalaripayattu: una es kalaripayattu en paz y otro es kalaripayattu en guerra", dice el "gurukkal", el maestro.

"Es un arte que purifica la menta, el cuerpo y el alma, mejora la concentración, la velocidad y la paciencia, y regenera la energía física y mental", afirma.

"Cuando estás totalmente conectado mentalmente y físicamente al kalari, el oponente desaparece y el cuerpo se convierte en ojos", asegura.

"Es una forma de poesía", asegura la ingeniera civil Alaka S. Kumar, de 29 años, hija del maestro y madre de algunos de los numerosos bisnietos de Meenakshi.

"Voy a enseñar kalari con mi hermano. Tenemos que tomar el relevo. Si no, desaparecerá", indica.




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