Desde Basilea (Suiza) (AFP)

Los relojeros suizos intentan protegerse del Brexit y los 'chalecos amarillos'

Los fabricantes de relojes suizos, reunidos eta semana en un salón en Basilea, están atentos a Londres y a París, dos capitales clave para sus ventas de productos de lujo, sacudidas respectivamente por el Brexit y los chalecos amarillos.

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Reloj de muñeca con diamantes expuesto en la feria de Basiela, Suiza, el 22 de marzo de 2019 - AFP/AFP
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Los fabricantes de relojes suizos, reunidos eta semana en un salón en Basilea, están atentos a Londres y a París, dos capitales clave para sus ventas de productos de lujo, sacudidas respectivamente por el Brexit y los "chalecos amarillos".

Respecto de Gran Bretaña, los relojeros suizos intentan estar listos para un posible agotamiento de existencias por la salida de la Unión Europea.

Algunos marcas quieren "prepararse para los problemas prácticos", como la congestión de las aduanas, apunta Jean-Daniel Pasche, presidente de la federación de relojeros suizos en una entrevista con la AFP en este salón de relojería y de joyería.

La semana pasada las estadísticas mensuales de la federación de relojeros revelaron un aumento excepcional de sus exportaciones hacia Reino Unido, un 58,3% más en febrero, tras haber subido un 23,6% en enero.

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Detalle de un reloj de 1872 del fabricate suizo Longines (AFP/AFP/Archivos)

En comparación las exportaciones habían retrocedido un 4,4% el año pasado.

"También hay quizás una anticipación sobre la reacción de las tasas de cambio" indica Pasche, subrayando que una posible caída de la libra esterlina podría estimular puntualmente las compras de productos de lujo en Londres.

En 2016, la depreciación de la moneda británica tras el voto sobre la salida de la Unión Europea disparó las compras en Londres de los turistas, especialmente asiáticos, atraídos por las tasas de cambio favorables.

"Nadie sabe realmente lo que pasará. Por eso hemos tomado precauciones", dice por su parte Rolf Studer, el co-director general de Oris, una marca con sede en Hölstein, en la región de Basilea.

Oris, que el año pasado abrió una tienda en el exclusivo barrio londinense de Mayfair, no suele tener existencias en Reino Unido y prefiere enviar los modelos a los detallistas. Sin embargo está constituyendo reservas para lo que pueda pasar.

- Caída de ventas en París -

Hulbot, una de las marcas más conocidas de la relojería suiza, también está aumentando sus reservas en el caso de que sus productos se queden bloqueados "durante algunos semanas, el tiempo que todo vuelve al orden" en Reino Unido, el primer mercado para las exportaciones de relojes suizos en Europa.

"La verdadera locomotora es Londres", reconoce Ricardo Guadalupe, director general de Hublot, una de las marcas de relojes del grupo francés LVMH, líder mundial del lujo.

La capital británica tiene una especial importancia en las ventas a los turistas, en un momento en que su tienda en la plaza Vendôme de París se ve obligada a cerrar cada sábado por las manifestaciones, a veces violentas, de los "chalecos amarillos".

El número de clientes en la tiendas de en París "cayó drásticamente", reconoce el responsable de Hublot, pero explicó que las ventas quedaron compensadas con sus tiendas en Londres, Milán u otras ciudades turísticass en Suiza.

La tienda en París de Bulgari, otras de las marcas presente en el salón de Basilea, fue saqueada en una manifestación a mediados de marzo, igual que otros restaurantes y tiendas de lujo situadas en los Campos Elíseos.

"Para nuestro personal es extremadamente estresante, es una inseguridad permanente", dijo Jean-Christophe Babin, su director general. "Como tenemos varias tiendas, nuestro personal en París no está en paro técnico", indicó.

En Europa muchas marcas de relojería dependen de las compras de los turistas, en particular de la clientela asiática, que en algunos casos representan hasta la mitad de sus ventas.

Las manifestaciones en Francia hacen temer una caída de ventas en los próximos meses. Según Jon Cox, un analista de Kepler Cheuvreux, podrían caer un 4% este año frente a un crecimiento esperado del 5% a nivel mundial.




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