Desde Kinshasa (AFP)

En RD Congo, las vacunas anticovid esperan a ser inyectadas antes de caducar

Con menos del 0,1% de la población vacunada, la República Democrática del Congo es de los países menos inmunizados del mundo. Pero ni autoridades ni ciudadanos parecen excesivamente preocupados por la pandemia, uno más de los muchos problemas de país.

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Unos trabajadores del ministerio de Salud congoleño recogen sus equipos tras realizar una prueba de covid-19 en una residencia privada en Goma el 31 de marzo de 2020 - AFP/AFP/Archivos
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Con menos del 0,1% de la población vacunada, la República Democrática del Congo es de los países menos inmunizados del mundo. Pero ni autoridades ni ciudadanos parecen excesivamente preocupados por la pandemia, uno más de los muchos problemas de país.

De hecho, de forma casi milagrosa, el coronavirus no ha castigado en exceso este enorme país de casi 90 millones de habitantes, expuesto a otras enfermedades como la malaria, el ébola o el sarampión.

Su población no rechaza categóricamente las vacunas, pero tampoco se apresta a ponerse la inyección, entre la vacilación mostrada por las mismas autoridades y las múltiples mensajes de desinformación.

Según la Organización Mundial de la salud (OMS), el 29 de noviembre apenas 142.913 personas recibieron al menos una dosis (0,16% de la población) y solo 56.167 cuentan con la pauta completa (0,06%).

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Unos pasajeros con mascarilla hacen fila en el aeropuerto Ndjili de Kinshasa el 15 de agosto de 2020 (AFP/AFP)

En marzo, RD Congo recibió con gran fanfarria 1,7 millones de dosis de AstraZeneca a través del mecanismo Covax. Pero justo después, numerosos países europeos anunciaron la suspensión de este fármaco, sospechoso de causar raros, aunque graves problemas cardiovasculares.

Aun así, las autoridades en Kinshasa lanzaron la campaña a mediados de abril con AstraZeneca, el único suero disponible entonces en el país.

Casi inmediatamente, los rumores invadieron las redes sociales: que si la vacuna te hacía estéril, que si buscan usar a los africanos como "cobayas", incluso matarlos, que si es una "enfermedad de blancos" importada al Congo por viajeros.

- "Tenía dudas" -

El golpe de gracia llegó del mismo presidente, Félix Tshisekedi, que expresó públicamente su desconfianza hacia AstraZeneca.

"Creo que tengo razón al no haberme vacunado (...) Tenía dudas", afirmó, diciéndose a la espera de que llegasen otras vacunas.

El lanzamiento de la campaña fue tan lento que rápidamente se temió que los 1,7 millones de dosis, con una caducidad de cuatro meses, se iban a malgastar.

El mecanismo Covax encontró de urgencia otros países africanos más receptivos a los que despachó 1,4 millones de dosis, explica la doctora Geneviève Begkoyian, responsable de sanidad de Unicef en RDC.

Durante más de un mes, hasta la recepción de fármacos de otros laboratorios, apenas hubo vacunas. No fue hasta mediados de septiembre que el presidente Tshisekedi recibió su primera dosis ante los medios oficiales.

Semanas después, su imagen con la camisa remangada aparecía en carteles con el mensaje: "Yo me he vacunado, haz como yo".

"Es normal, el presidente da ejemplo", comenta en un garaje un joven que limpia vehículos, que "todavía" no se ha vacunado. La mayoría de transeúntes dicen lo mismo: no es un "no" categórico, pero prefieren esperar.

- "No son las mismas" -

La esposa de Emmanuel, agente de policía judicial de 62 años, se vacunó en Francia, donde trabaja. La inyección no la enfermó, pero su marido sigue sin estar convencido.

"Se cuenta que las vacunas en Europa no son las mismas que aquí", explica.

Fabrice, estudiante de arquitectura de 21 años, se vacunará porque tiene "proyectos de viaje a Canadá". Si no, no lo haría. "Para mí, el covid no existe", dice asegurando que no conoce a ninguna persona que se haya infectado.

De hecho, al menos en la estadística oficial, la incidencia del virus es baja en RDC: 58.306 casos confirmados y 1.107 decesos. Es difícil conocer la cifra real dado que, según la OMS, seis de cada siete infecciones no se detectan en África.

Pero es cierto que no ha habido la sensación de una pandemia devastadora.

"La enfermedad que mata más en RDC es la malaria", con 20.000 muertos anuales, señala la doctora Begkoyian.

Además, cuando llegó el covid, el país ya combatía el ébola, el sarampión, la fiebre amarilla, la polio y el cólera, eso sin tener en cuenta la malnutrición y la pobreza endémicas.

Recientemente el covid-19 ha ido ganando peso en algunas zonas, se difunden algunas campañas en los medios e incluso se instaló un gran centro de vacunación el lunes en Kinshasa. Pero todavía queda mucho.

El país dispone de más de un millón de dosis almacenadas de diferentes vacunas que solo esperan a ser finalmente distribuidas en las 26 provincias. Solo 11 han recibido 900.000 dosis.

El desafío es de envergadura para convencer a la población y vacunar rápido si las autoridades no quieren devolver o lanzar de nuevo miles de vacunas a punto de caducar.




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