Las secuelas que deja el acné: tu eliges como tratarlas

Se ha dicho en algún momento que no hay enfermedad que por sí sola cause mayor trauma psíquico, peleas entre padres e hijos, inseguridad general y sentimientos de inferioridad que el acné vulgar. Algo que resulta aun más grave es que puede dejar marcas permanentes. Las cicatrices de acné son tejido fibroso reemplazando el tejido normal destruido por algún tipo de injuria o daño. Esta es una revisión de los tratamientos disponibles al momento, haciendo hincapié en sus resultados, basándonos en estudios serios y los efectos adversos que se han reportado con su uso, dividiéndola en dos partes: tratamientos médicos y tratamientos quirúrgicos o intervenciones.

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El acné está causado por múltiples factores: la actividad del Propionibacterium acnes (una bacteria que se encuentra en la piel), la producción incrementada de secreción sebácea, estimulación androgenética (o de hormonas masculinas), hipercornificación folicular (se taponan los orificios de salida del pelo), esta es una de las principales; y respuesta inflamatoria incrementada.

En uno de los estudios en cicatrices de acné más grandes donde se tomó muestras de biopsia de piel para su análisis, mostró que a mayor respuesta inflamatoria las lesiones en piel eran más propensas a ir a fibrosis y formar tejido cicatrizal permanente y aun las cicatrices más leves nunca llegan a recuperarse y tener la misma elasticidad y firmeza del tejido original, solo llegan a un 80% de este. Es decir que en el caso del acné, la mejor forma de tratamiento es la prevención, dar un tratamiento oportuno para evitar la formación de cicatrices.

Cuando el daño que produce la cicatriz llega solo a epidermis la secuela será menor, cuando este llega a la dermis la secuela es peor, los cambios resultan en una apariencia deprimida o elevada más marcada. El daño sólo de epidermis resulta en eritema y cambios pigmentarios que eventualmente llegan a desaparecer.

Las cicatrices de acné pueden formarse de dos maneras, por incremento en la formación de tejido y por perdida o daño de este. Dos ejemplos excelentes de esto son la presencia de cicatrices hipertróficas y queloides, en el otro lado  vemos aquellas deprimidas o en “pica hielo”. Los queloides  son un fenómeno que se caracteriza por una creación y deposito desproporcionado de colágeno que excede los márgenes de la lesión original. Se encuentran más frecuentemente en pecho, espalda, hombros y orejas. Estas lesiones son muy persistentes y se encuentran por igual en hombres y mujeres. Hay una predisposición familiar a formar queloides. Clínicamente pueden ser dolorosas, producir, quemazón, prurito o disminuir el rango de movimiento.

Ahora vamos a revisar en dos partes las modalidades de tratamiento; los tratamientos médicos y los quirúrgicos. Para esto el objetivo principal debe ser mejorar la apariencia, no la cura, ni llegar a la perfección; es decir las expectativas para un mejor grado de satisfacción deben ser reales. Puede ser necesario en algunos casos combinar tratamientos. Tratamientos medicos.- Hay numerosos tratamientos disponibles. Los queloides, cicatrices hipertróficas y cambios pigmentarios son a los que va enfocada esta parte, los otros tipos de cicatrices deben ser tratados con otras modalidades. 

Los retinoides específicamente tienen estudios que respaldan su uso en el tratamiento de queloides, cicatrices hipertróficas y aquellas deprimidas leves. El beneficio se atribuye al aumento en la elasticidad del colágeno depositado y la alineación que adquiere. 

Otra de las terapias más usadas es el uso de corticoides en las cicatrices queloides e hipertróficas. El mecanismo por el que mejoran estas se piensa que está relacionado directamente a sus propiedades antinflamatorias, disminución del colágeno, glicosaminoglicanos y fibroblastos, retardando así también su crecimiento. Hay un amplio rango en la respuesta clínica. Sin embargo su uso tópico no está exento de efectos colaterales como la formación de teleangiectasias, atrofia, dolor, ardor o cambios pigmentarios. La otra ruta es usarlo intralesionalmente, se puede realizar en varias oportunidades espaciadas por una a varias semanas, hasta un mes para determinar el resultado final y prevenir la formación de un área atrófica.

Otro tratamiento para las cicatrices hipertróficas con menor efecto es el uso de parches de silicona, el mecanismo podría deberse al efecto oclusivo, y a la hidratación. La presión ejercida mejoraría la temperatura, el aumento en la tensión de oxigeno, las propiedades electrostáticas, y los efectos inmunológicos. Aun es controvertido su efecto, algunos estudios notan que mejora el prurito, dolor pero no se encuentra datos de mejoría en la pigmentación, ni en la elevación que hay en la cicatriz. Su efecto parece ser mayor para prevenir las cicatrices queloides e hipertróficas. Efectos adversos que se ven son el prurito, dermatitis de contacto, maceración, fisuramiento de la piel, sequedad y mal olor. 

Se han descrito otras modalidades de tratamientos tópicos con hidroxiácidos, vitamina E, vitamina A, C, y con otras combinaciones con diferentes resultados, aun controvertidos.

En conclusión el tratamiento de las cicatrices de acné debe basarse en la prevención, evitando en lo posible la formación de cicatrices y en tener una expectativa real en cuanto a mejoría, las opciones tanto medicas como quirúrgicas o procedimentales deberán ser discutidas entre médico-paciente, teniendo en cuenta la molestia que puedan causar al paciente, aquello que esté dispuesto a hacer para lograr una mejoría y a las posibilidades factibles de acuerdo al caso (no todas las personas pueden realizarse todos los tratamientos, en cada caso hay contraindicaciones), es decir esta es una decisión conjunta con tu dermatólogo, donde el te guiara por todas las posibilidades para que se llegue a un mejor resultado. 

En la siguiente parte discutiremos el uso de procedimientos invasivos, o quirúrgicos y lo nuevo en manejo de acné y cicatrices.

Autor del artículo
Claudia Salas Ortega
Médico Dermatóloga
CMP: 42482



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