Desde Palermo (Italia) (AFP)

Una corte admite un error de identidad en el caso de un eritreo acusado de tráfico de migrantes

El tribunal de Palermo (Italia) admitió este viernes un error de identidad en el juicio al eritreo acusado de dirigir una vasta red de traficantes de migrantes, un caso que había movilizado a la opinión pública.

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El hombre acusado por un error de identidad de dirigir una vasta red de traficantes de migrantes cmparece ante un tribunal de la ciudad italiana de Palermo el 14 de febrero de 2019 - AFP/AFP/Archivos
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El tribunal de Palermo (Italia) admitió este viernes un error de identidad en el juicio al eritreo acusado de dirigir una vasta red de traficantes de migrantes, un caso que había movilizado a la opinión pública.

Detenido en Sudán en 2016, Medya Yehdego Mered, siempre alegó su inocencia y reiteraba que tenía sólo un nombre en común con el capo de la red.

El tribunal ordenó su puesta inmediata en libertad, pero lo condenó sin embargo por favorecer la inmigración clandestina, una pena que cubrió durante los más de tres años que pasó en detención preventiva.

Pero, de hecho, el joven fue conducido por la noche al centro de retención de Caltanissetta, en el centro de Sicilia, de cara a una eventual expulsión, explicó a la AFP su abogado, Michele Calantropo, que presentó una solucitud de asilo en su nombre, puesto que se estableció su identidad.

La audiencia se celebró en la sala 'búnker' de Palermo donde se suelen celebrar los juicios contra la mafia siciliana y duró cerca de cinco horas.

Los jueces zanjaron sobre un caso complicado que dividió a la prensa y a la opinión pública, por las dudas sobre la persona juzgada, que sostuvo siempre ser un simple carpintero.

En junio del 2016 los fiscales de Palermo que luchan desde hace años contra las redes de traficantes por el Mediterráneo ordenaron la detención de un capo de la organización tras años de investigación.

El arresto se pudo realizar gracias a la colaboración de varias policías del mundo, entre ellas la policía de Sudán, que lo detuvo y extraditó a Italia.

Acusado de haber fletado el barco que se hundió frente a la isla de Lampedusa con más de 366 personas el 3 de octubre de 2013, uno de los peores naufragios de migrantes en el Mediterráneo, Mered corría el riesgo de pasar 14 años en la cárcel.

Sin embargo, las imágenes transmitidas por la policía italiana y las redes sociales desataron una campaña para que fuera liberado.

- "No es un temido traficante" -

El joven africano, con cabellos crespos, flaco y frágil, no correspondía para muchos a la del temido "capo", despertando una campaña sobre la posibilidad de que se trate de un terrible error.

Algunos de los que habían negociado directamente con Mered aseguraban que no era él, otros confirmaban que se trata de Medhanie Tesfamariam Berhe, un refugiado eritreo.

Según varios periodistas italianos, estadounidenses y suecos que investigaron sobre el caso, Behre, quien tiene un nombre muy común en Eritrea, fue descubierto por los investigadores porque coqueteaba por facebook con la esposa de Mered y porque llamó a un traficante de Libia para pedir noticias sobre un familiar que había huido hacia Europa.

Esas llamadas le costaron la condena por favorecer la inmigración ilegal, pero después de haber pasado tres años en prisión en Italia la corte dispuso su liberación.

Según algunos medios, el verdadero Mered pasó gran parte del 2016 en prisión en Dubai por usar pasaportes falsos y ahora vive en Uganda.

La defensa proporcionó fotografías del verdadero Mered, el cual tiene un parecido relativo con el detenido, así como un análisis de ADN del arrestado que corresponde al de la madre de Behre y pericias fonéticas con las voces no compatibles entre el comerciante de seres humanos y el joven detenido.

Pese a esas pruebas, el fiscal Calogero Ferrara había solicitado 14 años de prisión y una multa de 50.000 euros contra el acusado, sin tener en cuenta las dudas sobre su identidad.

"La corte aceptó nuestra tesis. El acusado no es el temido traficante que decían", comentó a la prensa su abogado.

"Este chico vivía desde hace tres años una pesadilla, lloraba todo el día", agregó.




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