Un adolescente británico, condenado por piratear la cuenta de un exdirector de la CIA

Un adolescente británico que consiguió piratear las cuentas de altos responsables estadounidenses, incluyendo la del exdirector de la CIA John Brennan, fue condenado el viernes en Londres a dos años de detención en un centro para menores.

Cuando compareció en enero, Kane Gamble, de 18 años, se declaró culpable de una decena de infracciones a la legislación sobre la seguridad informática, cometidas entre junio de 2015 y febrero de 2016.

El viernes, su madre lo acompañaba en la corte Penal de Old Bailey, donde se pronunció su condena, que también comporta la incautación de su material informático.

Gamble logró, desde su habitación en Coalville, en el centro de Inglaterra, obtener información llamando a centralitas telefónicas para, luego, utilizarlas para piratear cuentas.

Así, se hizo pasar por John Brennan ante operadores telefónicos Verizon y AOL.

A continuación, consiguió obtener varios documentos sensibles de la bandeja de entrada del correo electrónico del exdirector de la CIA que contenían información sobre operaciones militares y de inteligencia en Irán y Afganistán.

Kane Gamble también reinició la contraseña y luego se hizo con el control del iPad de la mujer de John Brennan, con quien habló por teléfono cuando esta llamaba al operador AOL.

El joven también atacó las cuentas del antiguo responsable de seguridad Interior Jeh Johnson, a quien telefoneó en varias ocasiones, logrando incluso hacer aparecer el mensaje "Usted me pertenece" en la pantalla de la televisión familiar.

Entre sus víctimas figuran también asesores del expresidente estadounidense Barack Obama, un agente del FBI y la red del ministerio de Justicia, incluyendo el archivo sobre la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México.

Finalmente, fue detenido en febrero de 2017 a petición del FBI.

Según la acusación, sus actos buscaban apoyar a los palestinos y estaban motivados por "la muerte de civiles inocentes".

Su abogado, William Harbage, argumentó por su parte la "ingenuidad" del adolescente, que nunca quiso "herir" a nadie.