El real y la bolsa de Sao Paulo cerraron este viernes con alza tras una semana volátil en la que factores externos y las dificultades del gobierno de Dilma Rousseff presionaron sobre todo a la moneda brasileña.
El real y la bolsa de Sao Paulo cerraron este viernes con alza tras una semana volátil en la que factores externos y las dificultades del gobierno de Dilma Rousseff presionaron sobre todo a la moneda brasileña.
En parte favorecido por el descenso del dólar en el mercado internacional durante esta jornada - empujado por el mensaje sin prisas de la Fed y un euro alentado por Grecia - el real cerró el viernes con avance de 1,86% en 3,23 unidades por billete verde.
La moneda brasileña se recuperó así de la fuerte caída del jueves (-2,43%) cuando cerró las negociaciones en 3,29 unidades por dólar, su valor más bajo desde el 1 de abril de 2003.
En la semana, el real cerró con un alza de 1,11%, pero acumula en el año una caída de 17,5%.
El real terminó 2014 con una depreciación de 13%.
"Fue una semana de volatilidad. Hoy subió, pero el real va a seguir estando débil en relación al dólar", comentó a la AFP Marcos Henrique, analista de la corredora Elite en Sao Paulo.
"Al gobierno le falta asumir más su posición y eso plantea inseguridad entre los inversionistas. Brasil está experimentando una salida de dólares aún cuando se hayan elevado las tasas de interés hace poco", añadió.
Además de la fortaleza continua del dólar en los mercados internacionales, el real ha perdido fuerza arrastrado por las dificultades que enfrenta la presidenta izquierdista Dilma Rousseff, que inició su segundo mandato en enero pasado y está con la popularidad en niveles muy bajos.
Brasil está con la economía estancada, inflación en alza y las cuentas fiscales de 2014 en rojo. Todo esto mientras crece el escándalo de corrupción en el seno de la gigante estatal Petrobras, que toca a empresarios y políticos.
- Negociación difícil -
El domingo, más de un millón de personas salió a la calle para protestar contra el gobierno, el escándalo de corrupción en Petrobras y hasta pedir la salida de la mandataria, que a mitad de esta semana recibió otra mala noticia: su apoyo cayó diez puntos a 13%.
"En temporada de elecciones siempre se muestra un país más bonito, pero ahora Brasil pasó a la realidad", comentó Henrique.
Después de la protesta del domingo el real cerró al alza los primeros tres días de esta semana, pero el jueves volvió a hundirse. La noche anterior, había renunciado el ministro de Educación Cid Gomes en medio de una fuerte discusión con la base aliada en el Congreso, a quienes llamó de "oportunistas".
Ese episodio oscureció el ya difícil escenario político de Rousseff, que necesita la aprobación del Legislativo para echar a andar una serie de reformas fiscales para ajustar las cuentas y estimular la economía.
"No hemos resuelto nuestro problema fiscal todavía y la tensión política aumenta la volatilidad", dijo Italo Abucater, responsable de cambio en la corredora Icap, citado en el diario O Globo.
El programa de reajuste contempla la reactivación de algunos impuestos, recorte de gastos de funcionamiento en el Ejecutivo y restricción de beneficios a los trabajadores. El propio oficialismo ha criticado estas medidas.
La Bolsa de Sao Paulo, por su parte, cerró el viernes con un alza de 1,99% en 51.966 puntos, recuperando las pérdidas del jueves cuando tuvo la única caída de la semana.
El mayor parquet de América Latina perdió 1,11% el jueves a 50.953 puntos en la única caída de la semana, empujada por la caída en torno a 4% de las acciones de Petrobras. Este viernes, los papeles de la petrolera revirtieron la caída de la víspera.
En la semana, la bolsa paulista ganó 6,9% y anotó su mejor semana en cuatro meses.
Analistas señalaron que la bolsa subió alentada principalmente por las negociaciones sobre Grecia, que se comprometió a presentar una lista de reformas.
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