Unos sindicatos opositores y trabajadores del transporte argentinos han iniciado este martes por la mañana una huelga de 24 horas para reclamar aumentos salariales que compensen la inflación, cuando faltan cinco meses para las elecciones generales.
Unos sindicatos opositores y trabajadores del transporte argentinos han iniciado este martes por la mañana una huelga de 24 horas para reclamar aumentos salariales que compensen la inflación, cuando faltan cinco meses para las elecciones generales.
La medida de fuerza, que incluye a conductores de autobuses, trenes, camiones, aviones, barcos y metro, recibió el apoyo de tres centrales sindicales contrarias al gobierno de la presidenta, Cristina Kirchner. Tampoco habrá recogida de residuos, transporte de caudales, distribución de alimentos y combustibles, ni tampoco de ganado para el mercado de hacienda.
El sector marítimo portuario, con el polo agroexportador de Rosario (a 312 kilómetros al norte de la capital) a la cabeza, amenaza con quedar paralizado totalmente, aunque la duración del cese de actividades no hace previsibles mayores problemas.
Varios sindicatos importantes, como los bancarios y del sector comercio, no se adhirieron a la huelga, pero muchos trabajadores no podrán llegar a sus lugares de trabajo por la falta de transporte.
El secretario general de la Unión Tranviaria Automotor, Roberto Fernández, sostuvo que se llegó a la medida de fuerza porque el gobierno no escuchó las reivindicaciones en materia salarial, inflación e impuestos a las remuneraciones.
Algunas organizaciones sociales y sindicatos de izquierda convocaron a un "paro activo" con movilizaciones y cortes de circulación en la capital argentina, su periferia y en las principales ciudades del interior.
Esta es la quinta huelga que tiene lugar desde que Kirchner asumiera la presidencia en 2007 y la segunda en dos meses contra la fijación de topes por parte del gobierno a los aumentos salariales que acuerdan los sindicatos con las empresas.
Para el Ejecutivo, la huelga obedece a razones políticas con vistas a los comicios generales del próximo 25 de octubre, a las que Kirchner no puede presentarse porque ya lleva dos mandatos consecutivos. "Este es un paro a favor de y organizado por la oposición política. A mí nadie me va a hacer creer que está hecho en defensa de los intereses de los trabajadores", dijo el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
La constructora Sacyr vende su filial Testa por 1.550 millones de euros
Las negociaciones del clima en Bonn, bajo presión tras compromisos del G7
