Desde Hsinchu (Taiwán) (AFP)

En Taiwán, la fiesta del cerdo sagrado atrae a menos gente por críticas de ecologistas

En Taiwán, la fiesta anual del cerdo sagrado, donde enormes cerdos son abatidos para ser expuestos, moviliza cada vez a menos gente, debido a las críticas de los defensores de la causa animal.

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Visitantes en la fiesta anual del cerdo sagrado, en el templo de Yimin, en Hsinchu, en el norte de Taiwán, el 7 de septiembre de 2020 - AFP/AFP
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En Taiwán, la fiesta anual del "cerdo sagrado", donde enormes cerdos son abatidos para ser expuestos, moviliza cada vez a menos gente, debido a las críticas de los defensores de la causa animal.

Este rito fundador de la cultura de los hakka, que representan cerca de un 15% de la población de la isla, causa polémica.

El objetivo es presentar el mayor animal, y el ganador consigue un trofeo.

El lunes, entre los sonidos de gongs y cuernos, 18 cerdos abatidos fueron trasladados al templo Hsinpu Yimin, en el norte de la isla, para ser expuestos.

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Uno de los enormes cerdos expuestos en el el templo de Yimin, en el norte de Taiwán, el 7 de septiembre de 2020 (AFP/AFP)

Este año, el mayor ejemplar pesaba 860 kilos, o sea, el triple del peso medio de un cerdo adulto.

Las carcasas, llenas de decoraciones, se exponen colgadas, y en la boca, tienen un piña incrustada. Las cabezas parecen minúsculas comparadas con el gigantesco cuerpo.

Tras la fiesta, los ejemplares son devueltos a sus propietarios, que distribuyen la carne entre sus familiares, amigos y vecinos.

La familia de Tseng Jia-yun presentó un cerdo que, cuando fue abatido la semana pasada, pesaba 400 kilos.

Este sacrificio tenía como objetivo satisfacer los deseos de su abuela, de 86 años.

"Como hakka, estoy orgulloso de esta cultura del cerdo divino, se tiene que preservar", explicó a la AFP, y estimó que era "absurda" la polémica suscitada por las asociaciones de defensa de los animales.

"No hay crueldad hacia los animales, contrariamente a los rumores que circulan", afirma Tseng.

Los defensor de animales denuncian, por su parte, el hecho que los animales son cebados, a menudo a pequeños espacios.

"Los cerdos pesan tanto que no se pueden ni mantener de pie", dice Lin Tai-ching, directora de la asociación taiwanesa por el medioambiente y los animales (EAST).

- Fiesta ancestral -

Desde hace 15 años, Lin se interesa en esta fiesta y afirma que las mentalidades están empezando a cambiar.

El público, otrora multitudinario, empieza a ser menos numeroso, y el número de animales sacrificados también ha disminuido.

"Hace más de 15 años, había más de un centenar de cerdos que participaban en este concurso, este año 37", según ella.

El número de animales que pesan más de 600 kilos también se ha reducido mucho, apunta la activista.

Este año, dos familias decidieron presentar paquetes de arroz en forma de cerdos, en lugar de animales sacrificados.

Según investigadores y habitantes, aunque esta fiesta es ancestral, el hecho de cebar a los animales es más reciente.

Lin Tai-ching y los defensores de animales aseguran que su objetivo no es acabar con las costumbres de los hakka, sino simplemente que haya menos crueldad hacia los animales.

"No estamos en contra del sacrificio de los cerdos", explica Lin, "pero estamos en contra de los concursos basados en el peso de un animal".




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