Desde Mosul (Irak) (AFP)

El sector de la salud iraquí está enfermo años después de la guerra

Meses después de sufrir un accidente de motocicleta, Amer Shaker aun padece por el deficiente tratamiento que recibió en la ciudad iraquí de Mosul, que lo obligó a buscar ayuda en otro sitio.

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Niños reciben atención en el hospital Nablus en la ciudad de Mosul, en el norte de Irak, el 16 de diciembre de 2021 - AFP/AFP
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Meses después de sufrir un accidente de motocicleta, Amer Shaker aun padece por el deficiente tratamiento que recibió en la ciudad iraquí de Mosul, que lo obligó a buscar ayuda en otro sitio.

"En los hospitales públicos tenemos que pagar todo", reclamó Shaker. "Apenas llegamos, pagamos por medicamento, vendaje, anestesia".

Pero los últimos siete meses ha sido atendido de gratis en el hospital Al Wahda, abierto por Médicos Sin Fronteras (MSF) en Mosul en 2018.

Después de gastar una fortuna para Irak (unos 8.000 dólares) en cuidado médico tras una cirugía inicial en Mosul que no curó su pierna, fracturada en tres puntos, la atención de Al Wahda fue una bendición para este trabajador de la construcción.

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Un paciente con muletas camina entre las instalaciones del hospital Al Wahda en la ciudad iraquí de Mosul, el 16 de diciembre de 2021 (AFP/AFP)

"El médico insertó una placa de platino pero no lo hizo bien. Intenté buscar otro médico pero no había ninguno bueno", recordó el hombre de 21 años.

Los médicos de MSF pusieron un fijador externo en su pierna izquierda, un aparato de tornillos que es casi imposible de encontrar en otro lugar de Mosul, aseguró.

Su caso ilustra un problema que aqueja al sector de salud iraquí, que ha sufrido con una infraestructura obsoleta y los efectos de guerras sucesivas.

Mosul, un exbastión del grupo estado Islámico (EI), fue devastada por la batalla por expulsar a los yihadistas, que terminó en 2017.

Más de cuatro años después, cinco hospitales están siendo reformados o reconstruidos en la ciudad y funcionan nueve instituciones de salud, con un total de 1.800 camas para una población de 1,5 millones.

- Falta de camas -

En las próximas semanas, Shaker necesitará una sexta operación para remover 13 cm de hueso muerto.

En el hospital Al Wahda, los pacientes varían de perfil, desde Khawla Younes, una ama de casa de 60 años que se rompió una pierna en una caída, hasta Mahmud al Meemari, quien tendrá su "cirugía número 16 o 17" de una herida causada por una explosión en 2017.

Majid Ahmed, funcionario de la autoridad sanitaria de la provincia de Nínive, de la que Mosul es capital, admite "una falta de camas de hospital y unidades de cuidado".

La destrucción "ha afectado a 70% de nuestras instalaciones sanitarias", explicó.

Antes del alzamiento de EI en 2014, Nínive tenía 3.900 camas de hospital, comparado con 600 en 2017 luego de que el gobierno recuperara el control de Mosul, agregó Ahmed.

Actualmente, la provincia tiene unas 2.650 camas.

"La destrucción de las instituciones de salud en la provincia demanda un presupuesto significativo", agregó Ahmed.

Después del conflicto el sector médico quedó en cero, según el cirujano ortopedista Hisham Abdel Rahman, quien trabaja con MSF junto a su empleo en la salud pública.

"Con el tiempo vemos mejoras, pero es lento", indicó.

En el hospital Al Wahda "ofrecemos servicios que no están disponibles en otras instalaciones de Mosul desde hace muchos años", agregó.

Consideró que Mosul necesita nuevas instalaciones médicas, especialmente para el tratamiento del cáncer.

- Llenar un vacío -

MSF también administra el hospital y sala de maternidad Nablus en Mosul, donde nacen casi 900 niños en promedio cada mes.

"Este hospital ha llenado un vacío", comentó Kyi Par Soe, gerente médico de MSF en el hospital, quien agregó que los otros dos hospitales de maternidad están "sobrecargados".

Por el lado positivo, Ahmed señaló que el número de casos de covid-19 registrados en Mosul es "muy bajo", y 30% del cupo de los hospitales públicos está reservado para pacientes con infecciones graves.

Aparte de los hospitales, el resto de Mosul lucha por recuperar algo de normalidad.

Los pobladores llenan los cafés y restaurantes, muchos de los cuales abrieron en edificios a medio construir.

Pero menos de 15% de los residentes del este de Mosul tiene suficiente agua para sus necesidades, según el Comité internacional de la Cruz Roja.

En el oeste de Mosul, la cifra es de 35% de los pobladores.

Y a pesar de la restauración de ciertos sitios, grandes porciones de la Ciudad Antigua en el centro de Mosul no son más que un cúmulo de escombros.

La reconstrucción avanza tan lentamente que no es raro encontrar cuerpos bajo los escombros.

En diciembre, equipos de defensa civil encontraron más de una docena de cuerpos de la batalla de Mosul.




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