Desde Washington (AFP)

EEUU reafirma su compromiso de reducir entre 26% y 28% sus emisiones de gases para 2025

Estados Unidos reafirmó este martes su compromiso de reducir entre 26% y 28% sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2025 con respecto a 2005, a ocho meses de la conferencia del clima en París que tiene como objetivo alcanzar un acuerdo mundial.

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El presidente estadounidense Barack Obama habla durante una sesión plenaria de la cumbre de Copenhague COP 15 sobre cambio climático, el 18 de diciembre de 2009 en Dinamarca - AFP/AFP
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Estados Unidos reafirmó este martes su compromiso de reducir entre 26% y 28% sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2025 con respecto a 2005, a ocho meses de la conferencia del clima en París que tiene como objetivo alcanzar un acuerdo mundial.

Reiterando las cifras anunciadas en noviembre en Pekín durante la conclusión de un acuerdo inédito con China, la Casa Blanca anunció haber transmitido oficialmente ese compromiso a la secretaría general de la Convención del Clima de las Naciones Unidas.

El objetivo anunciado de la comunidad internacional es limitar el calentamiento global a 2°C en relación a la era preindustrial.

Para Oxfam, el anuncio de Estados Unidos, el mayor emisor de gases de efecto invernadero después de China, "nos acerca a un acuerdo mundial en 2015" pero no llega al "nivel de ambición necesario para evitar un cambio climático catastrófico".

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Miles de personas participan en la marcha por el Clima el 10 de diciembre de 2014, al margen de las negociaciones del COP 20 de la ONU, celebradas en Lima, Perú (AFP/AFP/Archivos)

Las cifras representan un "compromiso importante" pero "la oferta actual es claramente insuficiente para mantenerse por debajo de los 2°C", estimó por su parte la ONG 350.org.

Para el presidente Barack Obama, quien ha hecho de la lucha contra el cambio climático una de sus prioridades, un resultado positivo en la capital francesa en diciembre sería una señal fuerte, seis años después del estrepitoso fracaso de la cumbre de Copenhague en la que participó.

- "Acuerdo histórico" -

Ante la feroz oposición del Congreso -dominado por los republicanos- a cualquier ley sobre el clima, Obama ha optado por la vía reglamentaria para mover las líneas sobre este tema, apoyándose en particular en la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

"Estos compromisos son ambiciosos y pueden alcanzarse con leyes existentes", afirmó el martes Brian Deese, su consejero sobre el clima.

Así, en junio, el mandatario estadounidense anunció nuevas normas para una reducción drástica de las emisiones de CO2 de las centrales eléctricas existentes: reducción del 30% en 2030 en relación a 2005.

El carbón, del que se origina más de un tercio de la electricidad que se consume en Estados Unidos, sigue siendo un componente central del paisaje energético de Estados Unidos.

"Tenemos las herramientas necesarias para alcanzar estos objetivos y sabemos que son buenos para nuestra economía, nuestra salud y nuestro futuro", añadió Deese.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las emisiones de gases de efecto invernadero -que no cesan de crecer- deben reducirse entre 40% y 70% de aquí a 2050 para esperar mantener el rumbo de los 2°C.

La Unión Europea fue la primera en transmitir, a principios de marzo, su plan post 2020 a la ONU. El bloque de 28 países prevé una disminución del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en comparación con 1990.

"Es un gran año para el cambio climático", dijo Todd Stern, principal negociador estadounidense. "Tenemos la oportunidad de llegar a un acuerdo histórico", añadió, y expresó su convicción de que Estados Unidos estaba en condiciones de desempeñar un papel de liderazgo en los próximos meses.

Stern, sin embargo, permaneció evasivo sobre la espinosa cuestión de la naturaleza jurídica del acuerdo que podría concluirse en París.

La Constitución de Estados Unidos establece que todo tratado jurídicamente vinculante debe ser ratificado por dos tercios del Senado, una ecuación impensable en el mapa político actual. La Casa Blanca está buscando una fórmula híbrida que evitaría tal voto, una pista que denuncian enérgicamente muchos republicanos.




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