Desde Fráncfort (AFP)

EEUU, Japón y Gran Bretaña ya utilizaron antes el plan del BCE

El BCE decidió este jueves inyectar mensualmente hasta 60.000 millones de euros en el sistema financiero, en lo que se denomina expansión cuantitativa (EC), como ya han hecho Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña, en un intento de reactivar la economía y alejar el fantasma de la deflación.

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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, el 22 de enero de 2015 en Frankfurt, Alemania - AFP/AFP
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El BCE decidió este jueves inyectar mensualmente hasta 60.000 millones de euros en el sistema financiero, en lo que se denomina expansión cuantitativa (EC), como ya han hecho Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña, en un intento de reactivar la economía y alejar el fantasma de la deflación.

PREGUNTA: ¿Qué es la expansión cuantitativa?

RESPUESTA: Consiste en que el banco central compre títulos de deuda tanto pública como privada. Como el Banco central Europeo (BCE) no puede financiar directamente a los Estados de la zona euro, es decir, no puede hacer de impresor de moneda, sólo puede comprar los títulos ya existentes, que se cambian en el denominado mercado secundario.

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La deuda en la zona euro (AFP/AFP)

Para hablar verdaderamente de expansión cuantitativa, se necesita un programa de gran envergadura y de largo plazo. La compra por el BCE de títulos de deuda soberana de algunos países en crisis (Grecia, Portugal, Irlanda) entre 2010 y 2012 o el programa OMT, anunciado en el verano de 2013 pero que nunca vio la luz, no están considerados como EC ya que sólo estaban destinados a algunos países, para hacer bajar los fuertes intereses que les exigía el mercado por comprar su deuda, considerada de riesgo.

P: ¿Cuáles son los efectos esperados?

R: El principal objetivo es devolver la confianza entre los inversores con una "demostración de fuerza", resumen los economistas del banco Berenberg.

El objetivo es fomentar un círculo virtuoso: al provocar una fuerte demanda, el valor de la deuda aumenta y automáticamente el rendimiento baja, lo que hace que los bancos destinen su dinero a otras inversiones, por ejemplo, a prestarlo a empresas empresas y consumidores.

Estos a su vez, al obtener unos intereses muy bajos de los bancos por mantener su dinero en ellos, pueden preferir consumir más o por ejemplo, invertirlo en vivienda, en bolsa, en fondos o en negocios al amparo de los bajos intereses. Al final de la cadena, esto permite reactivar la economía y empujar al alza la inflación.

La inyección masiva de dinero en el sistema financiero influye también en el valor de la moneda. Como las tasas son bajas, las colocaciones en la zona euro resultan poco interesantes para los inversores de otras regiones, y el dinero sale de la unión monetaria, lo que hace bajar el valor del euro con relación a otras divisas. Esto favorece a las empresas europeas exportadoras (sus productos vendido en dólares o en yenes resultan más baratos). Al contrario, las importaciones se encarecen, lo que puede permitir importar inflación, y favorecer a la dinámica de los precios.

Actualmente, el euro se cambia ya a su nivel más bajo en una década ante el dólar.

P: Los programas precedentes de EC en otros países han sido eficaces?

R: Para superar la crisis financiera surgida en 2008, la Reserva Federal estadounidense (Fed) lanzó tres programas sucesivos de expansión cuantitativa, por un total de unos 400.000 millones de dólares que contribuyeron a relanzar la máquina económica y el empleo. El empleo es uno de los objetivos explícitos de la política monetaria de la Fed pero no el del BCE, cuyo mandato se limita exclusivamente a la estabilidad de los precios.

A principios de la expansión monetaria estadounidense, los críticos le pusieron al entonces presidente de la Fed Ben Bernanke el mote de "Ben Helicóptero", que hacía llover sobre la multitud billetes de banco.

El Banco de Japón (BoJ) inició un primer programa de expansión monetaria en 2001. La maniobra fue demasiado gradual para yugular la deflación, mal crónico de la economía japonesa. En 2013 fue adaptada en el marco de la política de reactivación del primer ministro Shinzo Abe. El plan era inyectar a la economía cada año más de 400.000 millones de euros, un monto que en octubre pasado subió a 550.000 millones de euros, en la forma de compra de activos, incluidos los activos de riesgo. Esta política ha mejorado la confianza de los actores económicos y hace subir el crecimiento en un primer momento. La economía nipona volvió a caer en recesión en el tercer trimestre de 2014.

Los reacios al EC temen que al abrir el grifo del dinero, los gobiernos europeos dejen de sufrir la presión de los mercados mediante las primas de riesgo, y dejen aparcadas las reformas de largo plazo, a menudo dolorosas e impopulares.

El Reino Unido también se sirvió de este instrumento en 2009 y después en 2011 y 2012.




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