El Padre Nuestro

Oración del Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Significado Verso por verso:

La oración del Padre Nuestro es una síntesis perfecta de la fe cristiana. Está dirigida a Dios como Padre y expresa todas las necesidades espirituales del ser humano.

"Padre nuestro que estás en el cielo":
Invoca a Dios como Padre cercano, amoroso, pero también trascendente.

"Santificado sea tu Nombre":
Reconocimiento de la santidad de Dios y deseo de que sea venerado por todos.

"Venga a nosotros tu Reino":
Petición para que el Reino de Dios (su justicia, paz y amor) se haga presente.

"Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo":
Entrega confiada a los planes divinos, como lo hacen los ángeles y santos en el cielo.

"Danos hoy nuestro pan de cada día":
Confianza en la providencia de Dios para lo material y lo espiritual (como la Eucaristía).

"Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos...":
Reconocimiento del pecado y compromiso de perdonar a los demás.

"No nos dejes caer en la tentación":
Pedimos fuerza para no sucumbir ante las pruebas o el pecado.

"Y líbranos del mal":
Imploramos protección contra el mal físico, moral y espiritual, incluido el maligno.

Origen

Jesús mismo enseñó esta oración a sus discípulos.
Aparece en dos lugares del Nuevo Testamento:

• Mateo 6:9-13 (versión más completa)
• Lucas 11:2-4 (versión más breve)

Jesús dice: “Vosotros orad así…” (Mt 6:9)

Se conoce como la oración del Señor ("Oratio Dominica") y es la única oración que viene directamente de Cristo.

Uso litúrgico

• Se reza en todas las Misas, justo antes de la Comunión.
• Es parte central del Rosario.
• Se incluye en la Liturgia de las Horas y otras oraciones personales.

Datos adicionales

• La Iglesia primitiva lo consideraba una “oración perfecta”.
• San Agustín decía que en el Padre Nuestro se encuentran todas las peticiones necesarias para la vida del cristiano.
• Tiene equivalentes en casi todos los idiomas cristianos del mundo.