Los resultados del tratamiento con Carboxiterapia son variables y si bien dependen de cada caso en particular también dependen de la técnica que se utilice.
La aplicación más frecuente es la subcutánea y suele utilizarse en casi todos los tratamientos. La aplicación subcutánea de dióxido de carbono, de acuerdo con un estudio publicado por el Dr. Julio Tavares, en Journal of Drugs in Dermatology, march 2008), estimula la producción de colágeno y da como resultado un colágeno más denso.
La aplicación subcutánea también se utiliza para tratar la grasa localizada y celulitis, en estos casos la dosis de gas por área de punción será variable así como el ángulo de posición de la aguja.
En los casos de flacidez de piel, estrías, rejuvenecimiento facial, entre otros; la aplicación del gas suele ser intradérmica. De acuerdo con los estudios histopatológicos realizados por el Dr. Tavares, este tipo de aplicación produce un colágeno más compacto.
En algunos casos, los protocolos dictan la combinación de ambas técnicas para lograr buenos resultados como en el tratamiento para las estrías y la caída del cabello.
Otra técnica nueva es el Decolamiento Compartimental, desarrollada y presentada en el V Consenso Mundial de Terapia con Dióxido de Carbono realizado en Sao Paulo (4 a 6 diciembre 2009) por la Dra. Patricia Erazo. Este procedimiento consiste en aplicación profunda de anhídrido carbónico a un flujo alto con lo que se logra desprender inicialmente y luego reubicar la piel en sustento óseo logrando un efecto lifting impresionante.
Los estudios continúan y las técnicas de aplicación van perfeccionándose día a día. No obstante la simplicidad del procedimiento, es preciso conocer las propiedades del gas, la anatomía y fisiología humanas y las características de los tejidos que se trabajan así como las patologías que se tratan para tener éxito con el tratamiento.