Desde Johannesburgo (AFP)

Remedio o droga: el cannabis terapéutico provoca debate en Sudáfrica

Después de operarse los pies, los analgésicos no le hacían ningún efecto. No dejaba de gritar. En el momento en el que dejé caer una gota de aceite de cannabis en su lengua, se calmó.

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Gerd Bader, de 49 años, enseña unos frascos de aceite casero de cannabis el 18 de julio de 2017 en Johannesburgo - AFP/AFP
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"Después de operarse los pies, los analgésicos no le hacían ningún efecto. No dejaba de gritar. En el momento en el que dejé caer una gota de aceite de cannabis en su lengua, se calmó".

Desde hace varios meses, Susanne (nombre ficticio) le da un nuevo tratamiento a su hijo de siete años, afectado por el síndrome de Costello, una enfermedad rara que provoca malformaciones físicas y retraso intelectual. "Esto ha cambiado nuestra vida claramente", afirma a la AFP esta residente de Johannesburgo.

El debate sobre la legislación del cannabis está servido en Sudáfrica, donde un tribunal de la provincia de Cabo Occidental (sur) consideró a finales de marzo que su criminalización era inconstitucional. El Parlamento sudafricano tiene dos años para decidir si adapta o no la legislación.

Susanne, una joven madre soltera, y sus familiares están convencidos de su utilidad tras comprobar el efecto del cannabis en la salud del pequeño. Según ellos, tras un mes de tratamiento, "era capaz de jugar solo y ya no molestaba más a los otros niños de la escuela".

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Una mujer acaricia a su hijo, aquejado de síndrome de Costello, el 18 de julio de 2017 en su casa, en Johannesburgo (AFP/AFP)

Cuando Susanne escuchó hablar del cannabis "terapéutico" por primera vez, manifestó un profundo escepticismo. "Eso me hace reír", explica, "pensaba que la gente fumaba únicamente para colocarse".

Pero sus prejuicios quedaron en nada cuando se cruzó con Gerd Baer, un ferviente defensor de los beneficios de la "dagga", el apodo que se le da a esa planta en Sudáfrica.

Gerd Baer sufre esclerosis múltiple y utiliza el aceite de cannabis para aliviar sus dolores. Le aconsejó a Susanne que hiciera lo mismo con su hijo.

- Visto como un criminal -

Gerd Bader, de 49 años, cultiva cannabis y lo transforma en aceite para una veintena de personas en un lugar que prefiere mantener en secreto por miedo a la policía.

"La gente que sufre y muere en este momento ni siquiera puede esperar dos años a que el Parlamento se decida, eventualmente, a legalizar el cannabis. Lo necesitan ahora".

Desde su silla de ruedas, Gerd afirma que el aceite de cannabis le ha "salvado la vida" como ningún otro medicamento hubiera podido hacerlo, según él.

Ahora, vende este inusual remedio a 600 rands (40 euros) el frasco de dos gramos a otros enfermos, a quienes considera sus "pacientes". "Ayudo a aquellos a quienes los médicos han abandonado. Y por eso, se me considera un criminal", dice, indignado.

La posesión, el cultivo y el consumo de marihuana, incluso en cantidades pequeñas, están prohibidos en Sudáfrica y pueden ser castigados con penas de prisión.

A finales de julio empezó en Pretoria el juicio de una pareja detenida por posesión de marihuana en 2010. Conocida como la "pareja dagga", Myrtle Clarke y Julian Stobbs tratarán de probar las virtudes medicinales del cannabis ante la justicia.

- ¿Medicamento o veneno? -

Por su parte, la comunidad científica está dividida en cuanto a los beneficios médicos del cannabis.

En enero, la Academia de las ciencias estadounidense propuso una síntesis de más de 10.000 trabajos publicados sobre los efectos de la planta. Si bien resulta eficaz para reducir el dolor en algunos casos, los expertos siguen alegando que todavía quedan muchas cuestiones por aclarar.

Por otro lado, el consejo de investigaciones médicas sudafricano ha iniciado varios ensayos clínicos, según medios locales.

Para Shaun Shelly, especialista en políticas relacionadas con las drogas e investigador en la Universidad de Pretoria, el cannabis puede considerarse una alternativa si los medicamentos tradicionales se revelan ineficaces.

"Como con cualquier sustancia, puede ser un remedio para algunas personas y un veneno para otras", matiza.

"Para personas con problemas de adicción, tomar cannabis con una fuerte tasa de THC [el principio activo de la marihuana] no es recomendable", agrega.

Pero es tajante en un punto. "La ley debe cambiar. Es evidente que, de momento, la política de prohibición no funciona", explica a la AFP.

Algo que la ONU ya advirtió en 2016 durante una cumbre sobre drogas en Nueva York. Tras 40 años de represión, la organización internacional instó a los Estados a "reexaminar sus políticas y sus prácticas" en materia de cannabis.

Varios países modificaron sus leyes antidrogas, que databan, en algunos casos, de los años 70. A principios de julio, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar completamente la producción, distribución y consumo de cannabis.




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