La emblemática tasa del 75% a las rentas muy altas, medida estrella de la llegada al poder del socialista François Hollande, vive sus últimas semanas, ya que las empresas que deben pagarla tienen hasta el 1 de febrero para hacerlo por última vez.
La emblemática tasa del 75% a las rentas muy altas, medida estrella de la llegada al poder del socialista François Hollande, vive sus últimas semanas, ya que las empresas que deben pagarla tienen hasta el 1 de febrero para hacerlo por última vez.
Esta "contribución excepcional de solidaridad" se aplica a la porción de la remuneración pagada por las empresas a sus empleados que supere el millón de euros. El gobierno instauró este impuesto a finales de 2013, después de que el Tribunal Constitucional rechazara una primera propuesta en 2012.
Estaba previsto que durara solamente dos años y que se aplicara a las retribuciones de 2013 y 2014.
El primer ministro, Manuel Valls, confirmó en octubre en Londres que esta tasa, promesa de la campaña de Hollande que recibió numerosas críticas de los círculos de negocios y de los equipos de fútbol franceses, no sería prolongada y desaparecería, por tanto, en 2015.
