Desde París (AFP)

La acumulación de impactos vinculados al cambio climático

El impacto del cambio climático en el planeta y en sus habitantes ya está siendo devastador, pero lo peor está por llegar, afirma el borrador de un informe de expertos del clima de la ONU, al que tuvo acceso la AFP.

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Un agricultor recorre un campo en su tractor frente a la central eléctrica de Kusile, el 13 de junio de 2019 en eMalahleni (Sudáfrica), zona de la región de Highveld con minas y centrales eléctricas - AFP/AFP/Archivos
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El impacto del cambio climático en el planeta y en sus habitantes ya está siendo devastador, pero "lo peor está por llegar", afirma el borrador de un informe de expertos del clima de la ONU, al que tuvo acceso la AFP.

Estas son las principales conclusiones del texto, que con sus 4.000 páginas constituye una de las recopilaciones más extensas sobre las consecuencias del cambio climático en la naturaleza y la humanidad, y que debería ser adoptado a principios de 2022.

- Menos bienestar -

La frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos se está reforzando. Para 2050, se espera que 2.500 millones de personas más se vean afectadas por los riesgos vinculados al clima, como olas de calor, inundaciones o daños en la agricultura.

Entre 2015 y 2019, cerca de 166 millones de personas, sobre todo de África y de América Central, necesitaron asistencia alimentaria a causa de tragedias relacionadas con el clima.

Dependiendo del ritmo de las emisiones de CO2, entre 8 y 80 millones de personas más tendrán que lidiar con el hambre para 2050. Por ese entonces, 10 millones de niños más sufrirán malnutrición o retrasos en el crecimiento.

Una situación particularmente vinculada a las sequías y a una menor producción agrícola.

La producción de los principales cultivos ya se redujo entre un 4% y un 10% en los últimos diez años y las plantaciones de especies muy demandantes de agua, como el maíz, podrían disminuir entre un quinto y un tercio para mediados de siglo.

La pesca también se verá golpeada, y las capturas potenciales podrían reducirse de un 40% a un 70% en las zonas tropicales de África.

Si la temperatura aumenta entre 1,5 ºC y 2 ºC, 1.700 millones de personas más se verán expuestas a fuerte calor; 420 millones, a calor extremo y 65 millones, a olas de calor excepcionales cada cinco años.

Por otro lado, 2,7 millones de personas en África se verán desplazadas a causa de las inundaciones. Si la temperatura aumenta 1,5 ºC, entre dos y tres veces más de habitantes de Colombia, Brasil y Argentina se verán afectados por las inundaciones, cuatro veces más en Ecuador y Uruguay y cinco veces más en Perú.

Y en Europa, el coste de los daños causados por las inundaciones costeras podría multiplicarse al menos por 10, incluso aunque se tomen fuertes medidas de precaución.

Otro riesgo sanitario vendrá aparejado al desplazamiento de mosquitos transmisores de enfermedades (dengue, fiebre amarilla, Zika...) a zonas en las que hasta ahora no había incidencia. Un peligro que podría amenazar a hasta la mitad de la humanidad para 2050.

En un escenario de fuertes emisiones, 2.250 millones de personas más podrían ser susceptibles de contraer el dengue en Asia, Europa y África.

El impacto del calentamiento global también forzará a numerosas familias a abandonar sus hogares.

Desde 2008, unos 12,8 millones de personas se vieron desplazadas a causa de catástrofes naturales, y esto no es más que el principio.

Para 2050, entre 31 y 143 millones de habitantes (dependiendo de los niveles de emisiones) de África subsahariana, el sureste asiático y América Latina se convertirán en desplazados dentro de sus países debido a la escasez de agua, a la presión sobre la agricultura y a la subida del nivel del mar.

- Naturaleza en peligro -

Muchos ecosistemas terrestres, marinos, costeros o de agua dulce ya están "cerca" de los límites que les permiten adaptarse, o "los han superado".

Los bosques, tropicales o boreales, se han visto particularmente perjudicados por la aridez y los incendios a causa del aumento de las temperaturas. En un escenario pesimista, la Amazonía podría incluso alcanzar un punto de no retorno y transformarse parcialmente en sabana, privando al mundo de un pozo de carbono indispensable para frenar el calentamiento global.

Por su parte, el permafrost representa otra amenaza, pues contiene volúmenes inmensos de metano, un gas de efecto invernadero más potente que el CO2. Si la temperatura aumenta 2 ºC, el 15% de este suelo permanentemente helado podría deshacerse, expulsando gases y agravando el cambio climático.

Asimismo, la extinción de especies animales y vegetales --y no únicamente debida al cambio climático-- sería 1.000 veces más rápida que a mediados del siglo XIX.

Si la temperatura media aumentara entre 2 y 3 ºC, hasta un 54% de las especies terrestres y marinas podrían estar en peligro de desaparición para finales de siglo.

Con una subida de 2 ºC, la fauna polar (pingüinos, focas, osos) se vería amenazada. Y con un incremento de 1,5ºC, entre el 70 y el 90% de los arrecifes de coral estaría en peligro.

El cambio climático también podría modificar sensiblemente las áreas de repartición de las especies, algunas de las cuales podrían desplazarse centenares de kilómetros.

- Economía -

Hay elementos que prueban que los fenómenos extremos como los ciclones, las sequías o las inundaciones socavan el crecimiento económico, tanto a corto plazo (el año siguiente a la catástrofe) como hasta diez años después, sobre todo en países empobrecidos.

Pese a que se tomen medidas de adaptación (diques, drenaje...), los costes relacionados con las inundaciones podrían multiplicarse por 10 para 2050, hasta 60.000 millones de dólares al año, en las 136 ciudades costeras más grandes.

Si la temperatura planetaria aumentara 4 ºC, un escenario catastrófico, el PIB mundial podría perder entre un 10% y un 23% respecto al de un mundo sin calentamiento global.

Así, tanto para los humanos como para la naturaleza, "cada fracción de grado cuenta".

Por ejemplo, limitando el calentamiento global a 1,5 ºC y no a 2 ºC, se permitiría que el PIB per cápita en la mayoría de los países de África creciera un 5% para 2050, y hasta un 20% para 2100.

Las infraestructuras industriales están especialmente amenazadas, sobre todo con los puertos en primera línea frente al aumento del nivel del mar y un 40% de las centrales nucleares construidas en áreas litorales.

El turismo también pagará las consecuencias del calentamiento global, con la erosión de las playas o la bajada de la cota de nieve en las estaciones de esquí.

Las medidas de adaptación requerirán unas sumas colosales, no necesariamente disponibles. Por ejemplo, en África, estos costes de adaptación podrían aumentar decenas de miles de millones al año si el incremento de la temperatura supera los 2 ºC.

Frente a este sombrío futuro, tan solo un "enfoque transformacional" de nuestros modos de vida y de consumo podría frenar el motor del cambio climático, alimentado por el "consumo excesivo y la explotación abusiva de los recursos naturales".




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