El Gobierno griego debe hacer propuestas tras el referéndum celebrado el domingo, declaró este lunes el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, quien dijo que no habrá solución a la crisis griega sin una conversación profunda y verdadera entre el presidente galo, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.
El gobierno griego debe "hacer propuestas" tras el referéndum celebrado el domingo, declaró este lunes el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, quien dijo que no habrá solución a la crisis griega sin una conversación "profunda y verdadera" entre el presidente galo, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.
"La votación en sí misma no soluciona nada", dijo Sapin. Lo que permitirá saber si Grecia sale o permanece en la zona euro "es la calidad de las negociaciones que van a abrirse", agregó el ministro francés. "No se podrá encontrar ninguna solución si no hay entre Angela Merkel y François Hollande" una "conversación profunda, verdadera", dijo Sapin en declaraciones a la radio Europe 1.
El presidente francés y la canciller alemana tienen prevista una reunión en la noche de este lunes en París.
Con respecto a la renuncia de Yanis Varoufakis y a las acusaciones realizadas por el exministro de Finanzas griego, que calificó como "terrorismo" la posición de los acreedores, Sapin dijo que lamentaba las declaraciones, pero destacó el carácter de su homólogo.
Por otra parte, Sapin dijo que Francia, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, mantenían el "hilo del diálogo" que es muy "frágil". "Europa está frente a una dificultad, pero no está en dificultades", dijo Sapin.
"Europa va a mostrar que está fuerte en primer lugar protegiéndose", agregó el ministro francés. Por otra parte, Sapin dijo que el nivel de liquidez que provee el BCE a los bancos griegos "no puede reducirse".
El nivel de liquidez "no puede reducirse", dijo Sapin, recordando sin embargo "la independencia" del BCE a la hora de decidir. Los bancos griegos, al borde del abismo, necesitan imperiosamente la ayuda del BCE.
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