La tasa de desempleo en Brasil aumentó a 12,2% en el trimestre móvil enero-marzo, 0,6 puntos porcentuales más que en diciembre-febrero (11,6%), según datos oficiales divulgados el jueves que aún no reflejan con precisión el impacto de la paralización provocada por el nuevo coronavirus.
La tasa de desempleo en Brasil aumentó a 12,2% en el trimestre móvil enero-marzo, 0,6 puntos porcentuales más que en diciembre-febrero (11,6%), según datos oficiales divulgados el jueves que aún no reflejan con precisión el impacto de la paralización provocada por el nuevo coronavirus.
"Este crecimiento de la tasa de desocupación ya era esperado. El primer trimestre de un año no suele mantener las contrataciones hechas en el último trimestre del año anterior", explicó Adriana Beringuy, analista del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), organismo que publica los datos.
Como las medidas de cuarentena para frenar la propagación del covid-19 entraron en vigor a partir de la segunda quincena de marzo, aún no es posible medir con precisión su impacto en el período estudiado, afirmó Beringuy.
"Gran parte del trimestre [enero-marzo] todavía está afuera de ese escenario. No puedo ponderar si el impacto de la pandemia fue grande o pequeño, incluso porque estamos hablando de un trimestre con movimientos estacionales", añadió.
El número de personas buscando empleo en Brasil alcanzó los 12,9 millones en el primer trimestre de 2020.
La tasa de desocupación (12,2%) de ese período, sin embargo, es levemente inferior a la del primer trimestre de 2019, cuando se situó en 12,7%.
El gobierno brasileño redujo a prácticamente cero su proyección de avance del PIB este año, mientras que los mercados prevén un retroceso de más del 3%, según el último boletín de expectativas Focus del Banco central de Brasil.
El Banco Mundial proyecta para este año una recesión en las principales economías de América Latina, con una contracción de 5% en Brasil, 6% en México y 5,2% en Argentina.
Brasil registraba hasta el miércoles 5.466 muertes y 78.162 contagios por el nuevo coronavirus.
La paralización por la pandemia afectó incluso el trabajo del propio IBGE, que pospuso para 2021 el censo de población y debió sustituir sus encuestas presenciales a domicilio (con las que elabora, entre otros, el índice de desempleo) por llamadas telefónicas.
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