Desde Pekín (AFP)

China puede sacar partido del afán proteccionista de Trump

China, segundo socio comercial de Estados Unidos, está amenazada por las medidas proteccionistas anunciadas por Donald Trump, que avivan el espectro de una guerra aduanera; sin embargo, el gigante oriental podría aprovechar la situación para reajustar su política comercial en Asia.

China,EEUU,elecciones,diplomacia,comercio,economía
Un comerciante recoge 100 yuanes sobre un periódico con la foto del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, en un kiosco de Beijing, el 10 de noviembre de 2016 - AFP/AFP
Anterior Siguiente
Síguenos en Google News

China, segundo socio comercial de Estados Unidos, está amenazada por las medidas proteccionistas anunciadas por Donald Trump, que avivan el espectro de una guerra aduanera; sin embargo, el gigante oriental podría aprovechar la situación para reajustar su política comercial en Asia.

El multimillonario vencedor de la elección presidencial estadounidense multiplicó durante su campaña las diatribas contra China y su política comercial, y prometió imponer prohibitivos derechos de aduana del 45% a las importaciones del gigante asiático.

"Habrá una extraordinaria presión sobre nuestras exportaciones, y la recuperación china se va a ralentizar aún más", se inquieta Liao Qun, economista de Citic Bank International, en declaraciones a AFP.

Derechos de aduana del 45% -en contraposición al 4,2% actual- tendrían "consecuencias insondables", advertía recientemente desde la sociedad de corretaje Daiwa Capital Markets.

noticia
Trabajadores en un taller de farolillos en la localidad china de Shijiazhuang, en el norte de la provincia de Hebei, el 10 de noviembre de 2016 (AFP/AFP)

Esto generaría, según esta sociedad, un derrumbe del 87% de las exportaciones chinas hacia Estados Unidos -equivalente a 420.000 millones de dólares-, lo que, con sus repercusiones indirectas, amputaría el PIB chino en un 4,82% a medio plazo.

Sería un duro golpe para la ya frágil segunda economía mundial. Varios expertos se muestran muy circunspectos ante semejante escenario catastrófico.

Estas amenazas, que van además contra las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), serían difíciles de concretar. "Trump no tiene autoridad para decidir sólo y sufrirá una inmensa presión de los parlamentarios, tanto republicanos como demócratas", indica a AFP Christopher Balding, profesor de la Universidad de Pekín.

- Represalias chinas -

China, ahora en pleno reajuste económico, "es cada vez menos dependiente de sus exportaciones". "Si su superávit comercial [con Estados Unidos] cae un 25%, la pérdida inmediata sufrida representaría el 0,6% de su PIB", un impacto "significativo" pero controlable, añade Raymond Yeung, analista del banco australiano ANZ.

Además, insiste, "la más pequeña represalia por parte de China haría mucho más daño a los propios Estados Unidos".

De hecho, China podría suspender sus pedidos de aviones a Boeing, o sus importaciones de soja y de iPhones, afectando a algunas de las joyas de la industria estadounidense, que efectúa gran parte de sus ventas en China, anticipaban ya en septiembre los expertos del Peterson Institute for International Economics.

Según ellos, como China y México representan un 25% de los intercambios estadounidenses de bienes y servicios, una "guerra aduanera total" con estos dos países amenazaría a "casi 4,8 millones de empleos del sector privado" en Estados Unidos hasta 2019.

Es verdad que Trump podría, como ya ha prometido, acusar formalmente al régimen comunista de manipular su divisa.

"Pero ello no tendría más consecuencia que la de provocar más negociaciones entre el Tesoro estadounidense y Pekín", insiste Mark Williams, del gabinete Capital Economics, que no cree en ningún tipo de medidas punitivas.

Es verdad que China interviene masivamente en el mercado de cambios para apoyar la cotización del yuan y preservar su estabilidad, pero "ya no para forjarse una ventaja [comercial] con una divisa barata; ahí Trump se equivoca totalmente", afirma Balding.

- Nuevos acuerdos comerciales -

Al final, el aislacionismo defendido por Trump podría incluso servir a los intereses chinos.

Así, el futuro presidente dice estar claramente en contra del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), suscrito en 2015 por Estados Unidos y once países de la región Asia-Pacífico, salvo China, aún pendiente de ratificar.

Y si "Estados Unidos está menos presente en Asia, Pekín tendrá la oportunidad de remodelar a su manera la integración económica y política regional", destaca Mark Williams.

Sobre todo teniendo en cuenta que China pretende acelerar su propio proyecto respecto a la zona de libre comercio Asia-Pacífico, con el objetivo de congregar a los 21 miembros de la APEC, recordó este jueves Li Baodong, viceministro chino de Exteriores.




Este sitio usa imágenes de Depositphotos