CaixaBank, el tercer mayor banco español, publicó este viernes un beneficio neto en alza de 17,8% en 2018, gracias al aumento de sus ingresos y el mayor aporte de su filial portuguesa BPI.
CaixaBank, el tercer mayor banco español, publicó este viernes un beneficio neto en alza de 17,8% en 2018, gracias al aumento de sus ingresos y el mayor aporte de su filial portuguesa BPI.
El resultado neto fue de 1.985 millones de euros, frente a los 1.684 millones de 2017, precisó en un comunicado.
El resultado es algo inferior a los 2.100 millones de euros pronosticados por los analistas interrogados por la agencia de información financiera Factset.
La bolsa de Madrid no recibió de buen grado el resultado en la apertura, y poco después de las 09H00 (08H00 GMT) la acción perdía un 4,03%, a 3,17 euros.
El año pasado, su beneficio ya se había incrementado en un 60,9%, debido a la integración del banco portugués BPI, que le permitió obtener 176 millones de euros adicionales.
Este año, CaixaBank se felicitó del fortalecimiento del aporte de dicha filial, de modo que la contribución total de BPI al beneficio fue de 380 millones de euros.
El margen de intereses, equivalente al volumen de negocio, alcanzó los 4.907 millones de euros, un 3,4% más que el año anterior.
Por otro lado, el ratio de fondos propios, un indicador que mide la solidez financiera del banco frente a posibles crisis, aumentó a 11,5% al final del ejercicio, una décima más que a fines de septiembre.
Asimismo el porcentaje de créditos de dudoso cobro se rebajó en cuatro décimas respecto a septiembre y finalizó el año en un 4,7%.
El año 2018 estuvo marcado para CaixaBank por la venta de activos inmobiliarios, en buena medida heredados del estallido de la burbuja inmobiliaria.
En junio, CaixaBank logró un acuerdo para vender el 80% de su actividad inmobiliaria al fondo de inversión estadounidense Lone Star, lo que a su vez tuvo un impacto negativo en su resultado de 48 millones de euros.
Las cuentas del año pasado incluyen también un resultado negativo de 453 millones de euros derivado del acuerdo de venta de la participación accionarial de CaixaBank (9,36%) en la petrolera española Repsol.
En cuanto al personal, el grupo redujo en 276 el número de oficinas y contaba con 37.440 empleados a final de año, frente a 36.972 a fines de 2017.
El mes pasado, CaixaBank presentó un plan de reestructuración que prevé la supresión de 2.157 puestos en España, un 7% de la plantilla que tiene en el país.
El jueves, el sindicato UGT exigió en un comunicado la retirada del plan, y pidió que las salidas se hagan de forma voluntaria.
La inflación en la zona euro se modera al 1,4% en enero
Hallados en Francia casi 800 kilos de carne polaca en mal estado
