Siete automóviles (dos de lujo), un piano y unos 32.800 dólares en efectivo son algunos de los bienes incautados este viernes por la policía en el domicilio del exmagnate brasileño Eike Batista, en el marco de su proceso por manipulación de mercado.
Siete automóviles (dos de lujo), un piano y unos 32.800 dólares en efectivo son algunos de los bienes incautados este viernes por la policía en el domicilio del exmagnate brasileño Eike Batista, en el marco de su proceso por manipulación de mercado.
En la operación, realizada en Rio de Janeiro luego de que la justicia bloqueara todas las posesiones del exmagnate, la policía confiscó asimismo computadores, celulares y relojes.
Indignado, el abogado de Batista, que hace pocos años era el hombre más rico de Brasil, se quejó de la contundencia de la medida adoptada por el juez que abrió la causa contra el empresario el pasado noviembre en Rio de Janeiro.
"No dejaron dinero ni para que compre bananas a su hijo de tres años. (...) La decisión judicial sólo puede ser calificada de furia salvaje", aseguró el letrado Sergio Bermudes al sitio de información de Globo G1.
Los fiscales ya habían congelado en septiembre unos 635 millones de dólares de activos de Batista. Pero el bloqueo de capitales y posesiones se extendió a partir del miércoles a sus familiares próximos -dos de sus hijos, su esposa y su exmujer- hasta un valor de 3.000 millones de reales (unos 1.094 millones de dólares).
El juez federal Flavio Roberto de Souza pretende garantizar así la compensación de daños a los inversores en la empresa petrolera de Batista.
La defensa de este hombre de negocios que llegó a amasar una fortuna de 30.000 millones de dólares afirmó que recurrirá el bloqueo de bienes.
Batista, que amasó un gran patrimonio gracias a sus negocios en minería y petróleo, es acusado de manipulación del mercado de valores mediante el uso indebido de información privilegiada para vender acciones de su compañía.
El histriónico empresario supuestamente engañó a inversionistas en un plan para atraer 1.000 millones de dólares a su empresa petrolera OGX (hoy Ogpar), cuyas metas de producción eran extremadamente optimistas, pese a que muchos de sus pozos finalmente no poseían el potencial de producción proyectado en un principio.
Cuando la falta de producción de sus pozos se volvió un hecho, la empresa de Batista se declaró en quiebra en octubre de 2013, en medio de deudas que alcanzaban los 5.000 millones de dólares.
El magnate dice que vendió esos papeles para cumplir con pagos de deudas y que fue engañado por los directivos sobre la potencial riqueza de los pozos.
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