Brasil cancela programa de lanzamiento de satélites con Ucrania
Brasil dio por terminada su asociación con Ucrania para desarrollar una plataforma de lanzamiento de satélites debido a lo que definió como un cambio en las condiciones tecnológicas y económicas, dijo este jueves a la AFP una fuente de la Cancillería bajo reserva.
Brasil dio por terminada su asociación con Ucrania para desarrollar una plataforma de lanzamiento de satélites debido a lo que definió como un cambio en las condiciones tecnológicas y económicas, dijo este jueves a la AFP una fuente de la Cancillería bajo reserva.
Si bien la medida aún no fue oficializada, la decisión ya fue comunicada a Ucrania.
"La nota de denuncia [que da por terminado el tratado] ya fue enviada (...) está para ser publicado en el diario oficial", dijo sucintamente la fuente.
Hasta el momento, Brasil no recibió una respuesta ni una reacción del gobierno de Ucrania, agregó.
La Agencia Espacial Brasileña dijo que no comentará la información, y en el sitio de internet de la empresa creada para el proyecto, Alcántara Cyclone Space, un artículo del 6 de mayo del 2015 señala que un representante del país europeo "confirmó la intención de Ucrania de continuar con el poryecto y solicitó a la parte brasileña que informe su posición oficial en cuanto a la continuidad del Proyecto Cyclone-4".
Distintos medios locales abordaron la cancelación del acuerdo en el último año y esta semana hizo lo propio la publicación especializada Defesanet.
Brasil y Ucrania habían suscrito en 2003 el acuerdo para enviar satélites desde la base brasileña de Alcántara, en el nordeste de Brasil, en el que sería instalado un lanzador Cyclone.
Originalmente, la iniciativa tuvo un presupuesto total de 1.000 millones de reales (unos 310 millones de dólares al cambio actual) repartidos a partes iguales.
Pero el programa tuvo desperfectos, como el que ocurrió en 2003 en la base de Alcántara, cuando un VSL estalló en la plataforma de despegue, un desastre que mató 21 especialistas que trabajaban en el proyecto y destruyó parte de las instalaciones.
Brasil había anunciado en 2013 que pretendía retomarlo.
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