La Salve

Texto de La Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Ideas principales:

• María es Reina y Madre misericordiosa: se confía en su ternura maternal.
• Los fieles son los “desterrados hijos de Eva”: representa nuestra vida como peregrinos en un mundo herido por el pecado.
• Se pide su intercesión: especialmente al final de la vida, para que nos muestre a Jesús.
• Expresa esperanza, consuelo y ternura.

Origen

• Escrita originalmente en latín: Salve Regina.
• Compuesta probablemente en el siglo XI, por el monje benedictino Hermanus Contractus.
• Fue adoptada muy pronto por diversas órdenes religiosas, especialmente por los cistercienses y los dominicos.
• Se ha convertido en una de las cuatro antífonas marianas principales de la Iglesia (junto con el Alma Redemptoris Mater, el Ave Regina Caelorum y el Regina Coeli).

Uso en la vida cristiana

• Se canta o reza al final del Rosario.
• Es común rezarla al final del día o en funerales como oración de despedida y consuelo.
• También se canta en procesiones marianas y actos de consagración a la Virgen.

Curiosidades

• En latín, empieza así: Salve, Regina, mater misericordiae...
• Compositores como Mozart, Schubert o Pergolesi la musicalizaron.
• Expresa con fuerza el carácter de María como intercesora ante Jesús.