En Biografias

Luis José de Orbegoso y Moncada

Militar y político peruano que participó en la lucha por la independencia del Perú, destacándose en la Batalla de Ayacucho. Ocupó cargos políticos y militares, incluyendo la presidencia interina en 1833, aunque fue derrocado al año siguiente. Participó en la guerra civil y luego en la Confederación Perú-Boliviana.

Luis José de Orbegoso y Moncada

Don Luis José de Orbegoso nació en la hacienda Chuquizongo, Usquil, Otuzco, en La Libertad, el 25 de agosto de 1795, y falleció en la ciudad de Trujillo el 5 de febrero de 1847. Su vida está ligada al ejercicio militar y al campo de la política, habiéndose asociado tempranamente a la gesta de la independencia. Sus progenitores se llamaron Justo Pastor de Orbegoso Isasi y Burutarán, y Francisca Josefa Moncada Galindo.

Perteneció a una familia criolla aristocrática con una bonanza económica significativa, lo que hubiera generado, quizá, una pequeña lucha interior en el momento de decidirse por la patria. La trayectoria militar del personaje lo liga a la lucha a favor de la independencia del Perú y a su contribución económica para alcanzar la libertad y autonomía que el pueblo anhelaba.

Estudió en el seminario de San Carlos y San Marcelo de Trujillo, y en el Real Convictorio de San Carlos de Lima, en donde habría recibido la influencia de los libertarios, que no eran pocos, y, además, cursó los estudios de Filosofía, Matemáticas y Física.

Una vez culminado sus estudios en Artes, en 1812, retornó a su ciudad natal y, abandonando la carrera eclesiástica, se dedicó —en estos años— a los asuntos administrativos del patrimonio familiar y al trabajo agrícola en su hacienda. Contrajo nupcias en 1816, con doña María Josefa Martínez de Pinillos Cacho, trasladándose a su hacienda Chuquizongo, donde el matrimonio tuvo once hijos.

En 1815, fue dado de alta como cadete de caballería, en el Regimiento de Milicias de Trujillo, como portaestandarte del primer escuadrón, ascendiendo paulatinamente desde alférez hasta capitán en 1820. Su experiencia en la guerra separatista es como la de varios peruanos: al comienzo, se enroló como oficial de las milicias virreinales, antes de ingresar al bando patriota, en donde participó en la guerra de la independencia al lado del general José de San Martín.

Más tarde, el 29 de diciembre de 1829, en Trujillo, apoyó la proclamación de la independencia, bajo el liderazgo del marqués de Torre Tagle y, tras este episodio, fue ascendido a sargento mayor en 1821; al año siguiente, a teniente coronel; y a coronel graduado en 1823. En un momento de necesidad en la guerra de la independencia, ofreció sus haciendas, ganado y su fortuna en apoyo al ejército patriota, pidiendo que, finalizada la guerra, se le devuelva lo que quedase de ello para su rehabilitación.

En 1824, durante el gobierno de Simón Bolívar, ocupó la Subprefectura de Lambayeque y después la Prefectura del departamento de La Libertad, encargándose del acopio de recursos para la campaña emancipadora, comisión exitosa que le valió para que el Congreso Constituyente le concediera la medalla cívica que, en 1825, se mandó a acuñar con el busto del libertador Simón Bolívar, para premiar las actitudes de quienes colaboraron con la causa de la independencia.

El 28 de abril de 1826, alcanzó el grado de general de brigada y volvió a asumir el cargo de prefecto de Trujillo, que ya había desempeñado antes para beneplácito de sus paisanos. Pocos años después, se trasladó a Guayaquil, acompañado del diputado Antonio Arteaga, con el fin de notificarle al mariscal José de la Mar que había resultado electo para asumir el mandato de la Presidencia de la República del Perú.

Consolidada la independencia durante el periodo de gobierno de La Mar, tuvo actuación en la guerra contra la Gran Colombia y, al poco tiempo, se convirtió en presidente constitucional provisorio del Perú de 1833 a 1835. Mientras tanto, su carrera política se desenvolvía en los años del militarismo en el Perú, época de enfrentamientos constantes entre caudillos, que se consideraban con derechos a dirigir los destinos de la patria, dejando escasas oportunidades a los civiles.

Después de que América estuvo unida en un propósito común de guerra por su independencia, pasó al enfrentamiento entre las nacientes naciones; de este modo, se unió a la guerra contra la Gran Colombia entre 1828 y 1829, desempeñándose como segundo jefe de la división de caballería, al mando del general argentino Mariano Necochea y, como tal, el 27 de febrero de 1829, se halló presente en la batalla de Portete de Tarqui.

Tras el derrocamiento del presidente José de La Mar en Piura, en 1829, decidió retirarse, por lo que se trasladó a su hacienda; a pesar de ello, retornó a la política cuando fue elegido diputado por la ciudad de Huamachuco durante la Convención Nacional de 1831, siendo ya general de división. Terminado el primer gobierno de Agustín Gamarra, quien asumió el poder tras el exilio de La Mar, vence en las elecciones de 1833 y es electo presidente provisorio de la república, luego de imponerse sobre Pedro Bermúdez, candidato que gozaba de las preferencias del saliente Gamarra.

La misión de la Convención Nacional era la de reformar la Constitución de 1828, así como paralelamente convocar a los Colegios Electorales con el propósito de elegir al nuevo Congreso y al presidente que debería suceder a Gamarra. Sin embargo, como ya finalizaba el gobierno de Gamarra y no se convocó a elecciones, la Convención Nacional, apoyada por los liberales, eligió a Orbegoso como presidente provisorio, a pesar de que los conservadores que apoyaban la candidatura del general Pedro Bermúdez estaban en contra. De este modo, surge, en el Perú, un gobierno liberal bajo el mando de Orbegoso, cuyo poder legislativo recaía en una Convención Nacional influenciada por personajes de la misma tendencia. Estos principalmente fueron Francisco Xavier de Luna Pizarro y Francisco de Paula González Vigil, sacerdotes que —en ese entonces— dominaban el escenario al que habían sido llevados por convicción popular.

Orbegoso inició su gobierno, mientras el expresidente Gamarra mantenía una gran influencia sobre las Fuerzas Armadas al mantenerse como general en jefe del ejército. Durante este tiempo, tuvieron una actuación paralela a Orbegoso, Pedro Bermúdez y Felipe Santiago Salaverry, militares que se disputaban la conducción de los destinos del Perú. Por la actuación de Salaverry, se vio compelido a admitir la presencia del boliviano Andrés de Santa Cruz, quien propugnaba el establecimiento de la Confederación Perú-Boliviana.

En esas circunstancias, establecida la Confederación, Orbegoso es designado como presidente del estado Nor-Peruano entre 1837 y 1838. Poco después, y por desencuentros con los bolivianos y chilenos que participaban en la guerra interna en el Perú, quiso expulsarlos. No obstante, no consigue su propósito, pues es vencido en el combate de Portada de Guía. Dando fin a su carrera política.

Por la rebelión en su contra, protagonizada por Felipe Santiago Salaverry, quien —en 1835— asume el cargo de jefe supremo de la república por mandato propio, Orbegoso recibe refuerzos por parte de Andrés de Santa Cruz, entonces mandatario de Bolivia, y es gracias a su intervención que retoma el poder, aceptando como contrapartida formar la Confederación Perú-Boliviana. De esta manera, Santa Cruz asume el cargo de supremo protector de la Confederación, mientras que Orbegoso únicamente gobierna como presidente del estado Nor-Peruano. Cabe mencionar que el territorio de dicho estado estuvo conformado por los departamentos de Huaylas, Junín, Amazonas, Lima y La Libertad, pero sus jurisdicciones eran diferentes a las actuales.

La Constitución liberal de 1834 es promulgada durante la presidencia de Orbegoso. Ese año, enfrentó el golpe de estado protagonizado por Pedro Bermúdez y Francisca Zubiaga, la Mariscala, desencadenándose una guerra civil que terminó cuando Orbegoso sometió a los rebeldes. El general Pedro Bermúdez fue proclamado jefe supremo con apoyo de algunas fuerzas del interior, mientras que Lima se mantuvo leal a Orbegoso, por lo que Bermúdez y sus partidarios se retiraron a la sierra.

La Constitución en 1834, la cuarta en el Perú republicano, en parte buscaba frenar de manera legal el autoritarismo militar; sin embargo, no sería hasta 1872 que un civil asumiera la presidencia de la república.

Al mando del ejército, Orbegoso busca enfrentarse a Bermúdez, por lo que se traslada a la sierra; sin embargo, es derrotado en la batalla de Huaylacucho, Huancavelica, el 17 de abril de 1834. Cuando un nuevo enfrentamiento iba a producirse cerca de Jauja, ambos bandos se unieron en el conocido episodio del “Abrazo de Maquinhuayo”, que puso fin a la guerra interna el 24 de abril. De este modo, Orbegoso es reconocido como la suprema autoridad por los partidarios de Gamarra y de Bermúdez, cansados de una guerra civil que enfrentaba a los propios peruanos.

Algunas obras para destacar durante su gobierno son la prohibición de la compra de productos similares a los nacionales; la creación de una franquicia provisional para favorecer la exportación de plata y oro; la predilección por los jubilados del Estado para la asunción de vacantes en cargos disponibles; la asignación de pensiones a los trabajadores incapacitados; la distribución equitativa de las aguas y la supervisión permanente de las tomas, para evitar abusos; y la devolución a los amos de los esclavos enrolados en el ejército. Asimismo, creó la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima el 12 de junio de 1834, y viajó al sur, recorriendo los pueblos de esta parte del Perú, para el afianzamiento del orden social.

A pesar de que su gobierno de dos años —conferido por el Congreso en 1833— se venció, Orbegoso continuó ejerciendo el poder, emprendiendo campañas de pacificación en el interior del país. No obstante, se inició una guerra en contra de la Confederación Perú-Boliviana, cuando llegó al Perú el Ejército Unido Restaurador, integrado por peruanos y chilenos. Los 4800 restauradores avanzaron hacia Lima y se enfrentaron con el ejército peruano de 1300 efectivos, lideradas por Orbegoso, Nieto y Vidal, en los exteriores de la capital peruana, siendo derrotados en el combate de Portada de Guía el 21 de agosto de 1838. Orbegoso se mantuvo oculto en Lima y el Callao, en un momento de indecisión por la suerte del país, hasta que decidió apoyar a Santa Cruz nuevamente, siendo traicionado por el militar boliviano, quien fue vencido por las fuerzas restauradoras en la batalla de Yungay. De esta manera, se da fin a la guerra y se disuelve la Confederación de Perú y Bolivia.

Frente a ello, Orbegoso se traslada a Guayaquil, donde permaneció hasta 1844, y, tras retornar a Trujillo, fallece el 5 de febrero de 1847, alejado de toda actividad política. Sus restos mortales reposan en esa ciudad, en los ambientes de la casa que habitó.

Fuente: [Presidentes y Gobernantes del Perú - Municipalidad de Lima]


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