Desde París (AFP)

Un tribunal francés confirma complicidad con crímenes contra la humanidad de la cementera Lafarge

La cementera Lafarge sufrió un nuevo revés judicial este miércoles después de que un tribunal de apelación en París confirmó que la empresa debe enfrentar cargos por complicidad en crímenes contra la humanidad por sus actividades en Siria hasta 2014.

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La planta de cemento del grupo Lafarge en Jalabiya, Siria, el 19 de febrero de 2018 - AFP/AFP/Archivos
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La cementera Lafarge sufrió un nuevo revés judicial este miércoles después de que un tribunal de apelación en París confirmó que la empresa debe enfrentar cargos por "complicidad en crímenes contra la humanidad" por sus actividades en Siria hasta 2014.

Lafarge está acusada de haber pagado en 2013 y 2014 mediante su filial siria casi 13 millones de euros a varias organizaciones incluyendo el grupo yihadista estado Islámico (EI) para poder mantener sus actividades en el país azotado por la guerra, después de que otras empresas francesas ya se hubieran retirado.

El grupo, que se fusionó en 2015 con el suizo Holcim, también es sospechoso de haber vendido cemento al EI y de haber pagado a intermediarios para poder mantener abierta su planta en Jalabiya.

La empresa afirma que no tiene responsabilidad sobre el destino de los fondos y en 2019 ganó un proceso para anular los cargos.

Este fallo fue revertido por una pronunciación de la corte de Casación en septiembre de 2021, que ordenó que el caso volviera a un tribunal de apelación.

La decisión del miércoles implica que un juez puede ordenar que Lafarge y ocho de sus ejecutivos, incluyendo el antiguo presidente Bruno Lafont se enfrenten a un juicio.

El tribunal de apelación se pronunció a favor de la acusación de la fiscalía de que Lafarge "financió mediante sus subsidiarias, las operaciones de estado Islámico (EI) con varios millones de euros con pleno conocimiento de estas actividades".

También confirmó los cargos por financiamiento del terrorismo y poner en riesgo las vidas de sus empleados sirios cuando los insurgentes del EI tomaron grandes extensiones de territorio en Siria, obligando eventualmente a Lafarge a abandonar su planta en Jalabiya en septiembre de 2014.

La empresa invirtió 680 millones de euros en la construcción de esa fábrica, que fue completada en 2010, un año antes de que estallara la guerra que todavía sigue arrasando Siria.




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