Desde París (AFP)

Las mariposas británicas, amenazadas por el cambio climático

Los esfuerzos para contener el cambio climático junto con medidas adoptadas en los campos de Gran Bretaña pueden todavía salvar a ciertas especies de mariposas que de lo contrario desaparecerán en las próximas décadas.

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Una mariposa 'Aphantopus hyperantus' en una fotografía tomada el 24 de junio de 2007 y distribuida por el servicio de prensa de Nature - AFP/NATURE/AFP/Archivos
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Los esfuerzos para contener el cambio climático junto con medidas adoptadas en los campos de Gran Bretaña pueden todavía salvar a ciertas especies de mariposas que de lo contrario desaparecerán en las próximas décadas.

La revista Nature Climate Change publica este lunes un estudio según el cual "la extinción de las mariposas sensibles a la sequía podría producirse hacia 2050".

Si todo sigue igual y se siguen emitiendo gases de efecto invernadero, todo parece indicar que las posibilidades de que ciertas especies presentes en la islas Británicas sobrevivan son "cercanas a cero", indica el estudio.

Proteger las zonas salvajes y especialmente evitar la fragmentación de hábitats naturales dará a estas frágiles criaturas la posibilidad de sobrevivir. Estas medidas, combinadas con la limitación a 2ºC del recalentamiento del planeta, aumentará las probabilidades de supervivencia al 50%, dijeron los investigadores.

El objetivo de dos grados con relación al nivel de la era preindustrial fue adoptado por los 195 Estados miembros de la ONU que negociarán a finales de año en París un nuevo pacto global para salvar al planeta.

En ninguna parte del mundo las mariposas han sido observadas con tanta atención como en Gran Bretaña durante el último siglo. Un grupo de científicos encabezados por Tom Oliver, del Centro de Ecología e Hidrología de Oxfordshire, examinó datos recabados en 129 lugares para ver cómo respondían 28 especies a las severas sequías de 1995.

Los investigadores sospechan que sequías aisladas ocasionales fueron al menos tan devastadoras para algunas especies como el incremento progresivo de la temperatura. Mientras que la de 1995 fue la peor jamás registrada, episodios hoy esporádicos se volverán más frecuentes a medidas que avanza el cambio climático.

Más de la quinta parte de las especies, según el estudio, sufrieron bajas masivas de su población durante aquel período. Los investigadores descubrieron un vínculo directo entre paisaje y resiliencia: cuanto más fragmentado era el hábitat, más tiempo demoraron las especies en recuperarse.

"Los conservacionistas reconocen cada vez más la importancia de reducir la fragmentación de los hábitats naturales en lugar de contentarse con administrar 'islas' protegidas en medio de ambientes hostiles de agricultura intensiva", dijo Oliver a AFP.

Mariposas de otros países con altos grados de industrialización agrícola que también padecen el cambio climático igualmente pueden estar en peligro. En áreas "que ya son más calientes y secas, el impacto de la sequía puede ser mucho más severo", opinó.

El alcance de las conclusiones va más allá de la belleza intrínseca de las mariposas y de su valor en materia de biodiversidad. Son a menudo utilizadas como indicador de la suerte reservada a otros tipos de insectos.

Si las sequías agravadas por el cambio climático tienen un impacto similar en otras especies como abejas, libélulas o escarabajos, dijo Oliver, una parte importante de nuestra biodiversidad podría verse amenazada. "Muchas de esas especies proveen funciones esenciales para la vida de los humanos, como la polinización de las cosechas, eliminación de pestes y descomposición de desechos".




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