Desde Madrid (AFP)

Las dudas de Bruselas irrumpen en la precampaña electoral española

El Gobierno español se movilizaba el martes para contrarrestar los malos augurios de la Comisión Europea, cuyas reservas sobre su proyecto de presupuestos 2016 suponen un golpe a sus promesas electorales antes de las elecciones legislativas de diciembre.

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El ministro de Economía español, Luis de Guindos, en una rueda de prensa en Lima el 10 de octubre de 2015 - AFP/AFP
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El gobierno español se movilizaba el martes para contrarrestar los malos augurios de la Comisión Europea, cuyas reservas sobre su proyecto de presupuestos 2016 suponen un golpe a sus promesas electorales antes de las elecciones legislativas de diciembre.

La Comisión Europea consideró que en su estado actual el proyecto de presupuesto provocará un déficit de 4,5% del PIB en 2015 y no del 4,2% como ha previsto el Ejecutivo.

Para 2016, según la Comisión, alcanzaría el 3,5%, es decir 0,7 puntos porcentuales más de lo previsto por Madrid y por encima del límite impuesto por las reglas comunitarias (3%).

"Yo estoy muy tranquilo, y los españoles también, en que vamos a cumplir el déficit", dijo Rajoy, en declaraciones a los periodistas en Nueva York, antes de participar en una reunión del Consejo de seguridad de la ONU.

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El líder del PSOE, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa en Madrid el 17 de septiembre de 2015 (AFP/AFP/Archivos)

Las previsiones de Bruselas, en línea con las del FMI, no ayudan al gobernante Partido Popular (PP), que basó exclusivamente su precampaña en la recuperación económica y en su "responsabilidad" al evitar un escenario similar a la crisis griega.

El martes, los ministros se movilizaron para contrarrestar los malos augurios de Bruselas: "Estoy convencido que este año cumplimos" el objetivo del 4,2%, dijo este martes el ministro de Economía, Luis de Guindos, en una conferencia-coloquio. De Guindos aseguró que la mejora de la recaudación tributaria y la reducción de costes de la deuda y de las prestaciones por desempleo, supondrán un ahorro de 8.500 millones de euros, que dan un margen para afrontar eventuales desviaciones.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, también defendió el proyecto, insistiendo también que los ingresos fiscales suben un 7% pese al recorte del impuesto sobre la renta, gracias a un crecimiento de la economía española estimado en 3,3% del PIB para este año.

El Ejecutivo de Rajoy propone efectivamente en el marco de este presupuesto una bajada del impuesto sobre la renta y la devolución desde 2015 de pagas extras suprimidas a los funcionarios durante la crisis, medidas juzgadas electoralistas por sus contrincantes.

Las previsiones de Madrid fueron calificadas de "un tanto optimistas" por el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, un socialista francés, del que Madrid sospecha que asestó un golpe voluntario a un gobierno de derechas.

"No quiero creer que ello tiene un interés partidista", dijo con ironía el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo.

Finalmente, el dictamen de la Comisión no fue diferente del de Moscovici.

Y como se preveía, la oposición española clamó contra este escándalo, sobre todo porque desde agosto el PSOE se pronunció contra este proyecto de presupuestos que será aprobado antes de las legislativas e impuesto al futuro gobierno, lo que es contrario a la tradición en España.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, cuya formación está muy igualada en los sondeos con el PP, exigió la comparecencia urgente del jefe del gobierno ante los diputados. "Rajoy desesperado ante las elecciones presentó unos presupuestos falsos. Ayer la Comisión Europea nos dio la razón, no creen al Sr. Rajoy", escribió en su cuenta twitter el candidato socialista. Ya "le dije al presidente del gobierno en el debate de presupuestos (...) que hay una reforma fiscal que ha planteado el gobierno de España que implica una caída de la recaudación de 10.000 millones de euros", que supondrá nuevos recortes en gastos sociales, añadió.

Según el principal sindicato de técnicos de Hacienda, posicionado a la izquierda, el proyecto de presupuestos obligará al estado a reducir gastos por valor de 3.000 millones de euros (3.400 millones de dólares) para ajustar el déficit.

El PP "está haciendo tres cosas demoledoras para España: la primera la pérdida de credibilidad internacional, la segunda anunciando nuevos recortes y en tercer lugar está provocando inestabilidad política y económica", denunció Sánchez.

"La Comisión Europea confirma la previsión de Ciudadanos: las cuentas del gobierno no cuadran", consideró también el martes ese partido de centro-derecha que había denunciado ya en septiembre "un agujero de varios miles de millones de euros".




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