Los organizadores del Congreso Mundial de Móviles (MWC), que se celebra esta semana en Barcelona, se mostraron indignados por la huelga de transporte público en la ciudad, que se mantiene pese a las negociaciones del Ayuntamiento con representantes de los trabajadores.
Los organizadores del Congreso Mundial de Móviles (MWC), que se celebra esta semana en Barcelona, se mostraron indignados por la huelga de transporte público en la ciudad, que se mantiene pese a las negociaciones del Ayuntamiento con representantes de los trabajadores.
"Estoy muy decepcionado", señaló John Hoffman, el consejero delegado del GSMA, organizadora del MWC, en declaraciones al diario El Periódico de Cataluña publicadas este martes.
Enfadado por la protesta de los trabajadores de transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), dependiente del Ayuntamiento, justo cuando se desarrolla el MWC, Hoffman rechazó asistir al acto de inauguración del congreso celebrado el lunes con todas las autoridades locales.
Reclamando una mejora salarial y la eliminación de los contratos temporales en la plantilla, los empleados de TMB decidieron ir a la huelga durante toda la semana del congreso, que atrae a casi 100.000 profesionales del sector y en 2015 inyectó 436 millones de euros a la economía de la ciudad.
El lunes, la huelga de metro provocó aglomeraciones en las estaciones y numerosos atascos de tráfico, obligando a los organizadores del congreso a habilitar una flota de autobuses lanzadera para conectar el centro de la ciudad con el recinto ferial donde tiene lugar el MWC.
El metro volverá a interrumpirse parcialmente el miércoles, mientras que los trabajadores de autobuses protestan el martes, y jueves y el viernes será el turno del servicio ferroviario.
El Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por Ada Colau, de En Comú-Podem, formación aliada del partido de izquierda radical Podemos, negoció el lunes hasta última hora con los huelguistas para alcanzar un acuerdo, pero sin éxito.
Mientras, se extiende el temor de que la protesta ponga en riesgo la permanencia del MWC en la ciudad. "Ahora no es el momento de hablar de esto, vamos a ver cómo se desarrolla la feria y el impacto que tiene", aseguró Hoffman a El Periódico de Catalunya.
Antes de llegar al poder, en junio de 2015, Colau había puesto en cuestión la idoneidad de acoger esta cita, celebrada en Barcelona desde 2007, pero finalmente acordó con la GSMA la renovación hasta 2023 del congreso, pretendido por otras ciudades como París o Ámsterdam.
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