Desde Riad (AFP)

Comercios sauditas osan permanecer abiertos durante la oración

Las hamburguesas crepitan en la parrilla de un restaurante de Riad que se atrevió con lo impensable: permanecer abierto durante el llamamiento a la oración.

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- AFP/
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Las hamburguesas crepitan en la parrilla de un restaurante de Riad que se atrevió con lo impensable: permanecer abierto durante el llamamiento a la oración.

Una escena inimaginable hace un tiempo, cuando la policía religiosa, omnipresente y temida, imponía el cierre de las tiendas durante el rezo.

El mes pasado, las autoridades sauditas dieron la posibilidad a los comercios de permanecer abiertos noche y día, a cambio de una cantidad de dinero sin precisar. Los medios públicos hablan de hasta 100.000 riales (27.000 dólares) anuales.

Este anuncio generó cierta confusión debido a que hasta ahora los comercios debían cerrar sus puertas durante cuatro de las cinco oraciones del día (todas salvo la de madrugada o Fajr), o sea unas dos horas en total.

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Varios musulmanes rezan, el 8 de agosto de 2019, en un hotel cercano a la Gran Mezquita de La Meca, ciudad santa en el oeste de Arabia Saudita (AFP/AFP/Archivos)

En un tuit, la televisora Al Arabiya había anunciado que el servicio de 24 horas incluía el tiempo de oración pero tuvo que retirar el mensaje rápidamente tras un desmentido.

En espera de una aclaración, las tiendas de algunos centros comerciales de Riad decidieron interpretar las directrices al pie de la letra.

- Confusión -

Algunos establecimientos del Kingdom Centre siguen sirviendo a los clientes durante la oración de la magrib (la puesta de sol).

El gerente de un restaurante mostró a la AFP un mensaje de texto del propietario: "El gobierno decidió autorizar a los comercios, restaurantes y mercados abrir las 24 horas y se incluye (...) el tiempo de oración".

En otro centro comercial de Riad, Al Nakheel, se viven las mismas escenas durante la oración de "al Isha" (nocturna). "La mayor parte del tiempo, las tiendas siguen abiertas durante los rezos", declaró a la AFP Francis, gerente de una cafetería.

"Los empleados que quieren rezar pueden hacerlo y aquellos que optan por trabajar, también", declara el encargado de otra tienda, aclarando que muchos de estos empleados no son musulmanes.

Desde hace tres años la policía religiosa se mantiene en un segundo plano. Hasta entonces era muy activa, imponiendo el orden, velando por la separación entre hombres y mujeres y recriminando las vestimentas que no se ajustaran a un código estricto.

Los comerciantes podrían aprovechar las "declaraciones vagas del gobierno para seguir abiertos, sobre todo ante la relativa ausencia de la policía religiosa", declaró a la AFP Eman Alhusein, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

Es demasiado pronto para evaluar el impacto financiero de esta medida que, según los miembros del consejo consultivo de la Shura, cuesta a la economía saudita decenas de miles de riales anuales.

"Que el cierre sea facultativo aumentaría la productividad y quizá la actividad económica global", en un país que intenta incrementar los ingresos no petroleros y luchar contra el desempleo juvenil, estimó Karen Young del American Enterprise Institute.

El príncipe heredero Mohamed bin Salmán llevó a cabo una serie de reformas que autorizan a las mujeres a conducir, abren el país a la industria del ocio y reducen el poder de los clérigos conservadores.

- Un "test" -

La reacción de los conservadores ha sido limitada, debido a la represión contra todo tipo de disidencia.

El año pasado, en unos tuits, la policía religiosa advirtió que estaba prohibida la apertura de los comercios durante la oración por tratarse de "uno de los pilares más importantes del islam".

Varios comerciantes interpretan la falta de directrices claras como un intento de las autoridades de aplicar una reforma evitando la reacción del núcleo más conservador.

El ministerio de Información y los equipos directivos de los centros comerciales no han respondido a la petición de aclaración de la AFP.

De modo general, ninguna empresa osaría abiertamente quebrantar las normas sin la aprobación del gobierno, que lo controla todo.




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