Desde Hong Kong (AFP)

Comerciantes hongkoneses sufren las consecuencias de un verano de protestas

Más de 100 días de movilización han asestado un duro golpe a la economía de Hong Kong, una de las capitales mundiales más apreciadas para ir de compras.

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Manifestación en Causeway Bay, un barrio comerciante de Hong Kong, el 31 de agosto de 2019 - AFP/AFP/Archivos
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Más de 100 días de movilización han asestado un duro golpe a la economía de Hong Kong, una de las capitales mundiales más apreciadas para ir de compras.

En agosto, Hong Kong registró una disminución del 40% en el número de turistas, en comparación con el año pasado, según el secretario de Finanzas, Paul Chan.

La gran mayoría de los turistas en Hong Kong proceden de China continental. Las imágenes de enfrentamientos, a veces violentos, entre los manifestantes prodemocracia y la policía han dado la vuelta al mundo desde que comenzó en junio por la impugnación de un proyecto de ley que facilitaría las extradiciones a China, alimentada por el temor de que Pekín se apodere cada vez más de la excolonia británica.

Uno de los barrios más afectados desde junio es Causeway Bay, conocido por sus numerosas tiendas de lujo. El fin de semana pasado, los clientes fueron testigos de enfrentamientos entre la policía, que disparaba gases lacrimógenos, y manifestantes enmascarados.

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Manifestantes prodemocracia en las calles de Wan Chai en Hong Kong el 15 de septiembre de 2019 (AFP/AFP/Archivos)

Chiu, de 39 años, farmacéutico de Causeway Bay, ha sufrido una caída de su facturación en el 50%. Los extranjeros, que representaban la mitad de su clientela antes de que se iniciaran las protestas, ya no frecuentan casi su comercio, explica a la AFP.

"También parece que son menos los clientes locales que compran. El clima social no es bueno", lamenta Chiu. En varias ocasiones, el farmacéutico, que no quiso dar su nombre completo, tuvo que bajar la cortina para proteger su tienda de las granadas lacrimógenas.

- Peor que en 2014 -

Según él, la situación es peor que en 2014, cuando el "Revolución de los paragüas" paralizó durante 79 días la ciudad, uno de los mayores centros financieros del mundo.

La tasa de ocupación de los hoteles ha disminuido, con repercusiones en cascada en la actividad de los comercios minoristas y de la restauración. Recientemente se han cancelado muchos acontecimientos culturales y deportivos, incluido el torneo internacional de tenis femenino.

"Es preocupante que no haya indicios de mejora en un futuro próximo", escribió Chan en un blog. El crecimiento económico de la ciudad, ajustado a las variaciones, disminuyó un 0,4% en el segundo trimestre. Pero esa caída se inició antes de las protestas, con la desaceleración económica mundial y la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

La agencia de calificación crediticia Fitch rebajó a principios de septiembre la de deuda soberana de Hong Kong, considerando que la confianza internacional en el "sistema de gobierno y el estado de derecho" de Hong Kong se veía afectada.

Las advertencias de Pekín, que ha asimilado las manifestaciones con actos de "cuasi terrorismo", han contribuido a la desaparición de los turistas de China continental, que en junio representaban más del 80% de los visitantes.

El número de grupos de turistas chinos disminuyó en un 90% en los primeros 10 días de septiembre, en comparación con el año pasado, según informó a la AFP Jessica Wan, portavoz del consejo de Turismo.

El aeropuerto de la ciudad, el octavo aeropuerto internacional más frecuentado del mundo, registró una disminución del 12,4% en el número de pasajeros, es decir, unos 850.000 pasajeros menos.

- Tiendas cerradas -

Muchos comerciantes han visto su volumen de negocios profundamente afectado. En Wan Chai, el gerente de una tienda de relojes tuvo que despedir a la mitad de su personal.

"Si camina por las calles, verá que varias tiendas de relojes ya han cerrado", explicó a la AFP el gerente de la tienda, que se hace llamar Wong.

En este barrio popular lleno de letreros luminosos de innumerables tiendas, los comerciantes también están preocupados. Una vendedora de bolsas falsificadas afirma que gana cinco veces menos que a principios de año.

Las protestas no muestran señales de apaciguamiento, incluso los comerciantes que apoyan al movimiento prodemocracia tienen sentimientos encontrados. "Apoyo a los jóvenes", dice Chiu, el farmacéutico, que deja agua en su puerta para los manifestantes. "Pero también tengo que sacar adelante mi negocio", añade.




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