Desde Brasilia (AFP)

Brasil crece 1% en 2017 y deja atrás dos años negros

La economía brasileña dejó atrás una de las peores recesiones de su historia con una modesta expansión de 1,0% en 2017, frente al 2016, y buscará consolidar la mejora en un año signado por presiones fiscales y la incertidumbre de un proceso electoral inusualmente turbulento.

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El sector agropecuario lideró el crecimiento en 2017 y ayudó a que Brasil dejara atrás una de las peores recesiones de su historia. - AFP/AFP/Archivos
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La economía brasileña dejó atrás una de las peores recesiones de su historia con una modesta expansión de 1,0% en 2017, frente al 2016, y buscará consolidar la mejora en un año signado por presiones fiscales y la incertidumbre de un proceso electoral inusualmente turbulento.

El resultado estuvo en línea con la media de las previsiones de los analistas consultados por la agencia Bloomberg, que esperaban una expansión anual del Producto Interno Bruto (PIB) de 1,1%.

La actividad fue impulsada por el desempeño del sector agropecuario (+13%) y en menor medida por los servicios (+0,3%). La industria, en tanto, se mantuvo estable.

El reporte publicado este jueves por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indicó que el tamaño de la economía brasileña en 2017 totalizó 6,6 trillones de reales, equivalentes a 2,06 billones de dólares al tipo de cambio promedio de ese año.

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PIB de Brasil (AFP/AFP)

La expansión en el último trimestre del año pasado fue de 0,1% respecto del trimestre anterior, en la medición con ajuste estacional, por debajo del 0,4% previsto por los analistas. No obstante, "fue el cuarto resultado positivo consecutivo de esa comparación", señaló el reporte.

La economía brasileña venía de dos fuertes retrocesos en 2015 y 2016, ambos de 3,5%, que redondearon un ciclo negro de recesión, alta inflación y crisis política.

La recuperación comenzó en el primer trimestre del 2017 de la mano del agro para luego mostrar una reactivación del consumo de las familias.

"Tomamos Brasil con una fuerte recesión y hoy tenemos índices muy favorables", escribió en twitter el presidente conservador Michel Temer.

Temer, que adoptó un programa económico ortodoxo tras suceder a la expresidenta de izquierda Dilma Rousseff en 2016 -destituida por maquillar las cuentas públicas- anticipó una mejora del empleo.

"Con el dato del PIB, la previsión es que haya prácticamente tres millones de nuevos empleos este año", dijo a la radio local Tupi, tras conocerse el resultado.

- Bueno, pero no tanto -

El gobierno proyecta que este año la economía se expandirá un 3%, el mercado un 2,8%, pero la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es menos optimista: entre un 2,2% y un 2,4%, según su último informe sobre el país publicado en la víspera.

Tras la debacle del 2015 y el 2016, Brasil logró poner bajo control la inflación y dio inicio a un ciclo de recortes de la tasa de interés para reactivar la actividad, que la llevó a su actual mínimo histórico de 6,75%.

Pero el país aún lucha contra un desempleo elevado, que golpea a 12,7 millones de brasileños, y un déficit fiscal creciente alimentado por el costo de las jubilaciones.

El gobierno fracasó en su intento por reformar el sistema de previsión social, un objetivo que se autoimpuso como vital para su gestión. El traspié llevó a S&P Global Ratings y a Fitch a rebajar la nota de riesgo soberano de Brasil.

Sin la reforma en el horizonte, el frente fiscal es un problema de primer orden en el corto plazo.

Brasil cerró el 2017 con un déficit fiscal de 110.583 millones de reales (unos 34.638 millones de dólares, al cambio promedio de ese año), debajo del techo de la meta oficial, pero uno de los peores resultados de la serie histórica.

- elecciones -

Las estrecheces financieras del sector público y el resistente desempleo coinciden con un ambiente político crispado por escándalos de corrupción que incluyen al propio Temer y a algunos ministros.

Ese clima anticipa un proceso turbulento hasta las elecciones del 7 de octubre.

Desde que el exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), líder holgado en los sondeos de intención de voto, fue condenado en enero a más de doce años de cárcel, los mercados reaccionaron con euforia.

Pero de momento, no ha despuntado ningún nombre que levante las banderas económicas del gobierno y quienes dieron señales de querer hacerlo no son favorecidos por las encuestas. Tanto, que en el Palacio de Planalto comenzaron a especular con lanzar al propio Temer, el presidente más impopular de la historia reciente.

Temer negó públicamente que aspire a un segundo mandato, esta vez a través de las urnas.




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