Los detectores de humo
Un detector de humo es un artefacto que detecta la presencia de humo en el ambiente y provoca un sonido que alerta de un riesgo de incendio.

Un detector de humo es un artefacto que detecta la presencia de humo en el ambiente y provoca un sonido que alerta de un riesgo de incendio.
Para ello se hace uso de detectores ópticos o fotoeléctricos por la absorción o difusión de la luz o detectores iónicos que detectan los gases y humos por los cambios que se producen en las partículas suspendidas en el aire.
TIPOS DE DETECTORES DE HUMO
- Fotoeléctricos
- De haz de rayos proyectados: El humo oscurece los rayos proyectados por el emisor del detector. Se utilizan para salas grandes de techo alto, fábricas, hangares, iglesias, galerías de arte, etc. Es muy rápido ante fuegos. El inconveniente es que en locales con ventilación el humo puede no llegar rápidamente al detector.
- De haz de rayos reflejados La fuente de luz y la receptora están en en el interior del aparato, en una cámara oscura. Tiene una bomba de aspiración para que el aire se analice.
La ventaja es que son más resistentes que los iónicos a las corrientes de aire, respuesta más rápida se necesita menos cantidad de humo para que funcione la alarma. La desventaja es que si el humo es negro no lo detecta porque la luz no es dispersada. - Fotoeléctrico inalámbrico: Son detectores con baterías para uso doméstico. No posee un sistema que informe alguna falla, por eso se recomienda revisarlo cada seis meses. Algunos vienen con un botón incorporado para verificar el funcionamiento de las baterías.
- Iónicos: Detectan partículas visibles e invisibles por la combustión.
- De partículas alfa Actuan por la ionización de moléculas de O2 y N2 del aire por partículas alfa (núcleos de átomos de helio) procedentes de una fuente radiactiva (Americio 241). Estos detectores se basan en la disminución de conductividad del aire.
Brinda estabilidad ante corrientes de aire, presión o temperatura. Los inconvenientes son las falsas alarmas en ambientes con polvo, aerosoles, humo de cigarro.
- De partículas beta
El principio es el mismo que los de partículas alfa pero la fuente radiactiva de partículas beta (electrones) es el Níquel 63.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA EL USO DE DETECTORES
- Los detectores deben probarse mínimo una vez cada seis meses.
- Deben mantenerse limpios de polvo.
- Es recomendable colocar un detector de humo por cada 60 metros cuadrados.
- El lugar indicado es en el centro del techo.
- En lugares como las cocinas es mejor colocar detectores termovelocimétricos que detectan elevaciones de temperatura repentinas.
- No ubicarlos cerca a salidas de aire acondicionado o de aire caliente.
- No colocarlos en las esquinas del techo porque allí no hay movimiento de aire y deben estar alejados de lámparas, cuadros u otros elementos porque pueden desviar el humo y por ende, no detectarlo rápidamente.