Declaración de Tokio
La Declaración de Tokio establece una postura firme y clara contra la tortura y el maltrato, subrayando la responsabilidad ética de los médicos de proteger los derechos humanos y mantener la integridad de su profesión.

La Declaración de Tokio es una directriz ética adoptada por la Asociación Médica Mundial (AMM) en 1975, que establece principios para los médicos en relación con la participación en la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Fue creada en respuesta a preocupaciones globales sobre el uso de la tortura, especialmente en contextos políticos y militares, y busca asegurar que los médicos no participen en actos que violen los derechos humanos.
Origen y Contexto
La Declaración de Tokio fue adoptada en un momento en que la tortura y otros abusos de derechos humanos estaban siendo denunciados en varios países, a menudo con la participación o complicidad de profesionales de la salud. La AMM desarrolló esta declaración para clarificar el papel de los médicos y establecer normas claras contra cualquier forma de participación en la tortura.
Principios Fundamentales
La Declaración de Tokio establece varios principios clave:
Prohibición Absoluta de la Tortura:
Los médicos no deben, en ninguna circunstancia, participar en la práctica de la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, ya sea de forma directa o indirecta.
No Colaboración en la Tortura:
Los médicos no deben proporcionar lugares, instrumentos, sustancias o conocimientos que puedan ser utilizados para facilitar la tortura o malos tratos.
Protección de los Detenidos:
Si un médico llega a sospechar que un detenido está siendo sometido a tortura o malos tratos, debe tomar las medidas necesarias para intentar poner fin a esa situación, respetando la confidencialidad y la seguridad de la víctima.
Integridad Profesional:
Los médicos deben mantener su integridad profesional y no ceder a la presión para actuar en contra de los principios éticos, incluso si esto implica riesgos personales.
Documentación de Tortura:
Si un médico examina a una persona que ha sido sometida a tortura, debe documentar con precisión las lesiones o evidencias y, con el consentimiento del paciente, reportar el caso a las autoridades pertinentes o a organizaciones de derechos humanos.
Confidencialidad:
La confidencialidad del paciente es primordial, y la información obtenida durante un examen médico no debe ser divulgada a menos que sea en beneficio del paciente y con su consentimiento.
Importancia
La Declaración de Tokio es un documento crucial que refuerza el compromiso de la comunidad médica con los derechos humanos y la ética profesional. Proporciona una base clara para que los médicos resistan cualquier presión para participar en la tortura y asegura que la medicina no sea utilizada como un instrumento de opresión.
Uso en la Actualidad
Aunque la Declaración de Tokio fue adoptada hace varias décadas, sigue siendo relevante hoy en día, especialmente en contextos donde los derechos humanos están en riesgo. Ha sido utilizada como base para desarrollar regulaciones y guías éticas en diversas jurisdicciones y es una referencia fundamental en la formación médica y en la ética profesional.
Los médicos y otros profesionales de la salud a menudo recurren a la Declaración de Tokio cuando se enfrentan a dilemas éticos en contextos de conflicto o detención, y es citada en informes de derechos humanos y en el trabajo de organizaciones que luchan contra la tortura.