José María Raygada y Gallo
Militar y político considerado prócer de la independencia del Perú que ejerció el poder interinamente durante la ausencia de Ramón Castilla cuando salió de Lima para combatir un levantamiento militar en el sur del Perú.

José María Raygada nació en el distrito de Querecotillo, provincia de Sullana, departamento de Piura, el 18 de diciembre de 1795. Sus padres fueron Roque Raygada y María Antonia Gallo. Como otras figuras próceres de la Independencia, recibió educación en un claustro religioso. Así se instruyó en Latinidad, Lógica y Ética en el Seminario de San Carlos de la ciudad de Trujillo. Tras la finalización de los estudios escolares, comenzó su educación castrense en las postrimerías del Virreinato peruano.
Los primeros pasos de Raygada en la carrera de las armas se dieron en su Piura natal. Cuando ostentaba el grado de subteniente del batallón Provisional del Rey, dirigió las tropas acantonadas en Sechura. Al mando de este cuerpo, se adhirió a la proclamación de la independencia de Piura, declarada por unanimidad en cabildo abierto el 4 de enero de 1821; y, desde entonces, participó en sucesos militares dentro y fuera de nuestras fronteras, episodios que sellaron la independencia del Perú y de Sudamérica.
Su participación en la guerra de independencia comienza cuando, el 6 de julio de 1821, es promovido a teniente del batallón N° 2 y concurre a la campaña de Quito, integrando el ejército comandado por el general Antonio José de Sucre que batió a las tropas realistas en Riobamba y Pichincha. Del resultado de esta última batalla librada el 24 de mayo de 1822, las provincias que conformaban la Audiencia de Quito fueron liberadas del dominio hispano. En mérito a las acciones que desplegó, fue ascendido a sargento mayor en marzo de 1823, y se le confirió el título de benemérito y la medalla de los Libertadores de Colombia.
En aquel mismo año, se embarcó en la segunda Expedición a Intermedios, cuyo propósito era movilizar efectivos al sur del Perú para enfrentar a los realistas. En el Alto Perú, el ejército patriota, al mando del general Andrés de Santa Cruz, combatió en Zepita el 25 de agosto de 1823, batalla de resultado incierto en la que luchó nuestro protagonista.
Las acciones de Raygada en el teatro militar se vieron coronadas con su participación en las decisivas batallas de Junín y Ayacucho en 1824. Un año después, retornaba al Alto Perú, nuevamente a las órdenes de Sucre, con el fin de abatir a las fuerzas del general español Pedro Antonio de Olañeta.
Posteriormente, fundada la República del Perú, José María Raygada, que había obtenido el grado de coronel, se distinguió en episodios políticos y militares en la agitada vida del naciente Estado, periodo caracterizado por lo que Basadre denominó “el militarismo autoritario”.
En 1827, fue elegido diputado por la provincia de Piura. Dos años después, se plegó al golpe de Estado del general Antonio Gutiérrez de La Fuente, quien permaneció en el mando hasta 1831. Cuando Agustín Gamarra ejercía la presidencia, Raygada fue promovido a general de brigada en 1833, y se le nombró comandante general del departamento de La Libertad.
El 4 de enero de 1834, aconteció un nuevo golpe de Estado que hubo de encaramar al general Pedro Bermúdez, a quien Raygada prestó su apoyo. Con la restauración del orden, el militar piurano fue llevado a juicio y se le desterró a Centroamérica. Su regreso a la patria se produjo poco después de que triunfara la revolución acaudillada por Felipe Santiago Salaverry, quien fue proclamado Jefe Supremo de la República.
En los días en que Salaverry combatía al ejército boliviano, Raygada asumió la comandancia general del departamento de Lima. Al establecerse la Confederación Perú-Boliviana en 1836, partió nuevamente al exilio y retornó al lado de un grupo de compatriotas con la segunda Expedición Restauradora, que derrotó a los ejércitos de la Confederación.
Durante los años siguientes, obtuvo elevados nombramientos en el Estado: fue ministro de Guerra y Marina en tres periodos (1841-1842, 1844- 1845, 1847-1849), inspector general del Ejército en 1846, y ascendió a general de división el 7 de enero de 1848. Además de lo anterior, siendo prefecto de la provincia litoral del Callao y comandante general de Marina, tuvo a su cargo la defensa del puerto ante el levantamiento del general Manuel Ignacio de Vivanco en contra del gobierno de Ramón Castilla.
Durante el gobierno provisorio de Castilla, Raygada asumió la presidencia del Consejo de Ministros y el Ministerio de Guerra y Marina (por cuarta vez) el 14 de febrero de 1857.
En circunstancias en que Castilla marchaba hacia Arequipa para contener la rebelión de Vivanco, Raygada, como titular del Consejo de Ministros, asumió el Poder Ejecutivo en virtud de los artículos 86 y 88 de la Constitución de 1856.
En su gobierno, se emitieron decretos que reorganizaron los Ministerios de Justicia, Instrucción y Beneficencia, de Gobierno, Culto y Obras Públicas, Hacienda y Comercio, además del Ministerio de Guerra, en el año 1857. Dicha reorganización obedecía a la insuficiente remuneración percibida por los funcionarios en tales dependencias.
Al año siguiente, renunció a la Jefatura del Gobierno por causa de su debilitada salud. Lo sucedió de manera interina el doctor Manuel Ortiz de Zevallos, a la sazón ministro de Relaciones Exteriores. Poco después de su retiro de la función pública, falleció en Lima el 15 de enero de 1859.
En torno a su vida familiar, estuvo casado con Juana Oyarzabal. Su hijo, Toribio, tendría una meritoria carrera en la Marina de Guerra, cumpliendo heroicas acciones en defensa del Perú. Entre los descendientes de Raygada, figura el ilustre historiador Raúl Porras Barrenechea, bisnieto del biografiado.
Fuente: [Presidentes y Gobernantes del Perú - Municipalidad de Lima]