Desde Sidi Bel Abbes (Argelia) (AFP)

Vendimia amarga en Argelia a causa del coronavirus

Dahmane Hamamouche, un viticultor del oeste de Argelia, se ha levantado bien temprano durante quince años para elaborar sus vinos, pese a las adversidades, pero ahora ha decidido tomarse su tiempo, a causa de la pandemia del nuevo coronavirus.

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Un vendimiador, en Sidi Bel Abbes, Argelia, el 2 de septiembre de 2020 - AFP/AFP
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Dahmane Hamamouche, un viticultor del oeste de Argelia, se ha levantado bien temprano durante quince años para elaborar sus vinos, pese a las adversidades, pero ahora ha decidido tomarse su tiempo, a causa de la pandemia del nuevo coronavirus.

Los viticultores de su región están acostumbrados a lidiar con los caprichos del tiempo, los contratiempos fitosanitarios e, incluso, con la falta de mano de obra. Pero este año, aunque las viñas deberían estar rebosantes de actividad en plena temporada de vendimia, muchas hileras están desiertas: el rendimiento de las cepas ha sido menor a causa de las altas temperaturas de este verano y los vendimiadores escasean.

Pero es por culpa de la pandemia, que ha paralizado su actividad, que el sector vitícola está atravesando su peor año en varias décadas.

"No podemos aguantar así, si esto dura un mes o dos más, no aguantaremos", declaró a la AFP Hamamouche, afirmando que su empresa, la Sociedad Agrícola de Producción de la Viña y del Vino (SAPVI), creada en 2004, está teniendo "dificultades de pago de salarios".

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Vino tinto vertido en un tonel en Sidi Bel Abbes, Argelia, el 2 de septiembre de 2020 (AFP/AFP)

El problema deriva, según él, del mantenimiento -sin justificación oficial- de la prohibición de venta de alcohol en tiendas especializadas, a pesar de que gran parte de las actividades comerciales e industriales se hayan vuelto a poner en funcionamiento tras cinco meses de confinamiento. Las cafeterías y restaurantes fueron autorizados a reabrir sus puertas el 15 de agosto.

"Hace falta que el gobierno desbloquee la distribución [de alcohol] para reactivar nuestra actividad económica", defiende el viticultor, que posee bodegas en Sidi Bel Abbès, a unos 400 km al suroeste de Argel.

- "Parados" -

"Estamos parados", lamenta.

Ghanem Bouha, director financiero y administrativo de la empresa, quiere que "los bancos participen con créditos para afrontar esta crisis, que esperamos que sea pasajera".

La SAPVI transforma la uva de los viticultores de Sidi Bel Abbès, Mascara, Tlemcen, Mostaganem y Aïn Témouchent, lugares destacados del sector vitícola argelino, cuya producción es la más importante del continente, por después de Sudáfrica.

Sin embargo, el año 2020 no hace presagiar grandes resultados.

"No es como de costumbre, tenemos mucha menos cosecha este año a causa del verano canicular. En general, hay mucha más uva", observa Attou, un vendimiador de 20 años.

Es uno de los pocos que siguen cortando racimos en Argelia, donde la industria vitícola atravesaba una crisis existencial antes incluso del coronavirus.

El de vendimiador es un oficio muy duro que cada vez atrae a menos jornaleros.

"Cada temporada hay complicaciones por la falta de vendimiadores. Nos cuesta cosechar la uva", se queja Dahmane Hamamouche.

Por ello, muchos propietarios abandonan sus viñedos.

"No entiendo porqué no trabajan sus propias tierras", comenta Ezzine, un vendimiador de 38 años, empleado en un viñedo de Sidi Bel Abbès. "Antes, todo el mundo trabajaba la tierra sin problemas. Ahora ya no es así, ¿será porque esto requiere un gran esfuerzo? La viticultura desaparece", afirma.

- Replantar viñas -

No es la primera vez que el sector vitícola atraviesa dificultades.

Nueve años después de la independencia de su excolonia en 1962, Francia suspendió la importación de vino argelino tras una crisis política.

Los intentos de abrirse a nuevos mercados para poder vender la superproducción fracasaron y en 1971 el presidente Houari Boumediène decidió arrancar el 40% de los cultivos vitícolas. El oeste de Argelia quedó en gran parte indemne.

La decisión, tomada a su pesar, privó a Argelia de su segunda entrada de divisas después de los hidrocarburos.

Durante la Década Negra (1992-2002) se realizó otra operación de arrancado de la vid. La guerra civil dejó alrededor de 200.000 muertos.

Los agricultores arrancaban o abandonaban las viñas de vinificación, por convicción o por miedo a las represalias de los guerrilleros yihadistas.

La viticultura argelina, que se remonta a la antigüedad romana, cubría 75.600 hectáreas en 2019, según la Organización internacional de la Viña y del Vino (OIV), mientras que durante la colonización la vid ocupaba más de 350.000 hectáreas.

"Se necesitaría un plan nacional agrícola de ayuda a los agricultores para la replantación de uva de vinificación", consideró Bouha.

Los productores también esperan ayudas por parte del estado para desarrollar su actividad y poder garantizar, al menos, el consumo nacional.




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