Desde Paris (AFP)

Unos nuevos trenes demasiado anchos obligan a Francia a reformar 1.300 andenes

Unos nuevos trenes regionales, más anchos que sus predecesores, obligarán a recortar 1.300 andenes de estaciones francesas, con un coste de de 50 millones de euros, en un asunto que, más allá de la broma, pone al presidente ferroviario francés en el punto de mira.

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El director de Transportes Bombardier en Francia, Jean Berge, posa junto al modelo de tren regional 'Regio 2N' desarrollado para la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF), en Crespin, norte de Francia, en una foto de archivo - AFP/AFP/Archivos
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Unos nuevos trenes regionales, más anchos que sus predecesores, obligarán a recortar 1.300 andenes de estaciones francesas, con un coste de de 50 millones de euros, en un asunto que, más allá de la broma, pone al presidente ferroviario francés en el punto de mira.

"Cómicamente dramático" y "rocambolesco", según el secretario de estado francés de Transportes, o "kafkiano" para el líder opositor de la derecha, el asunto de los "trenes demasiado anchos", publicado este miércoles por el semanario satírico Canard Enchaîné, podría llegar a costar el puesto del presidente de la SNCF, la empresa ferroviaria francesa, Guillaume Pepy.

"Creo que debe dimitir. 50 millones de euros es mucho dinero y ha sido el hazmerreír de la prensa internacional", declaró este miércoles la encargada de Presupusetos en la Asamblea Nacional, Valerie Rabault, miembro del Partido Socialista, en el poder en Francia.

Antes que ella, el secretario de estado de Transportes, François Cuvillier, pidió al presidente de la SNCF y al de la RFF, que gestiona la red ferroviaria, una "investigación interna" por una "disfunción" debida, según él, a la existencia de estas dos entidades encargadas del transporte ferroviario. Ya hay previsto un proyecto de reforma, que se hará efectivo en junio, que prevé su unión en un solo gran grupo público.

La puesta en circulación de una nueva generación de trenes regionales expresos (TER), "más anchos para responder a las necesidades del público, requieren la modernización de 1.300 andenes de los 8.700 de la red ferroviaria francesa", reconocían este miércoles las dos entidades, SNCF y RFF.

Los trenes de la polémica son 182 convoyes Regiolis de la empresa francesa Alstom y 159 Regio 2N de la canadiense Bombardier, que entrarán en servicio de forma progresiva de aquí a finales de 2016.

Según el medio Canard Enchaîné, es la SNCF la que definió "el pliego de cargos con, entre otras cosas, las dimensiones de los nuevos trenes". "Los sabios ingenieros de la SNCF omitieron verificar la realidad sobre el terreno", según el semanario.

SNCF se ha visto obligada así a realizar trabajos que durarán tres años, entre finales de 2013 y hasta finales de 2016, según el calendario de entrega de los trenes. Hasta ahora, han sido reformados 300 andenes.

- "Decisiones alejadas del terreno" -

La reforma "puede consistir en recortar un andén unos centímetros (...) o desplazar un cuadro eléctrico que estaba demasiado cerca del borde del andén", explicó un portavoz de RFF en medios franceses. Por utilizar una metáfora que explique mejor la situación: "Es como si usted hubiese comprado un Ferrari que quiere meter en su garaje y se da cuenta de que su garaje no tiene exactamente el tamaño necesario para que entre ese Ferrari, porque no tenía ningún Ferrari antes".

"Deja consternado", decía este miércoles, al salir del Consejo de Ministros, la ministra de Ecología francesa, Ségolène Royal, preguntándose "cómo decisiones tan inesperadas, tan alejadas del terreno, pueden llegar a ser tomadas".

El presidente de RFF, Jacques Rapoport, afirmó que estos trabajos no tendrán "ningún impacto ni sobre los viajeros, ni sobre los precios del billete, ni sobre los contribuyentes", y costarán "50 millones (...) ni un euro más, ni un euro menos". Estos 50 millones serán financiados, como los otros trabajos realizados por RFF, aseguró Rapoport, por los peajes que pagan los operadores ferroviarios, las subvenciones del estado y las entidades.

Dentro de la campaña electoral para las europeas, la presidenta del Frente nacional (extrema derecha), Marine Le Pen, denunció por su parte un "malgaste de dinero público insoportable".

Es un "asunto kafkiano", que es "responsabilidad de la SNCF y de la Red Ferroviaria de Francia", consideró el presidente del UMP, la principal oposición de derechas, Jean-François Copé.

"Es realmente alucinante. Creo que la responsabilidad de los dirigentes se ve comprometida" por este asunto, consideró el presidente del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadélis.



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