Desde Nueva York (AFP)

Unas monjas presionan al banco Wells Fargo para que investigue escándalos

El banco estadounidense Wells Fargo aceptó lanzar una investigación sobre los orígenes de las violaciones sistémicas detrás de los numerosos escándalos que lo afectan, anunció este martes una coalición de religiosas que son accionistas de la institución y que presionan por cambios en sus políticas.

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- AFP/
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El banco estadounidense Wells Fargo aceptó lanzar una investigación sobre los orígenes de las "violaciones sistémicas" detrás de los numerosos escándalos que lo afectan, anunció este martes una coalición de religiosas que son accionistas de la institución y que presionan por cambios en sus políticas.

Interfaith Center on Corporate Responsibility, una coalición que agrupa a más de una veintena de congregaciones de monjas y funcionarios de los estados de Rhode Island y Connecticut, afirmó que al tomar ese compromiso, el banco se adelantó a sus exigencias.

Por lo tanto, Interfaith, cuyos miembros son accionistas de Wells Fargo, decidió retirar una resolución que se disponía a presentar durante la próxima asamblea general anual de accionistas para exigir una investigación sobre las "causas de las violaciones sistémicas de administración y gestión de riesgos que condujeron a las controversias actuales, litigios y multas", según un comunicado.

El grupo se mostró "aliviado" por la decisión del banco y expresó esperanza de que la investigación redundará en una "verdadera reforma", dijo la religiosa Nora Nash, de la congregación de las Hermanas de San Francisco en Filadelfia.

Las religiosas quieren que Wells Fargo revise su código de ética, la distribución de responsabilidades y su cultura empresarial para que tomen en cuenta los intereses de los clientes, y que publique las medidas tomadas para evitar una repetición de los errores pasados.

Wells Fargo, tercer banco por activos más importante de Estados Unidos y con sede en California (oeste), atraviesa una grave crisis desde septiembre de 2016, cuando salió a la luz que entre 2011 y ese año se abrieron dos millones de cuentas ficticias que permitieron a sus empleados cobrar primas por la venta de productos.

El banco luego reconoció que entre 2002 y 2017 abrió 3,5 millones de cuentas ficticias.

La institución, que recientemente admitió haber sobrefacturado a sus clientes acaudalados, se vio imposibilitada por el banco central estadounidense (Fed) a emprender cualquier expansión hasta que tome medidas destinadas a corregir esos errores, una medida sin precedentes en Estados Unidos para un banco de ese tamaño.




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