Desde Région de l'Everest (Nepal) (AFP)

Los lagos glaciares, una bomba de relojería para Nepal

Cuando un potente sismo sacudió Nepal en 2015, Phudoma Sherpa recuerda haber corrido como alma que lleva el diablo, no tanto por el temblor de tierra como por el miedo a una rotura del lago glaciar situado en lo alto de su pueblo.

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Vista general del canal controlado de drenaje del lago glaciar Imja, en la región del Everest, unos 140 km al noreste de Katmandú, el 22 de noviembre de 2018 - AFP/AFP
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Cuando un potente sismo sacudió Nepal en 2015, Phudoma Sherpa recuerda haber corrido como alma que lleva el diablo, no tanto por el temblor de tierra como por el miedo a una rotura del lago glaciar situado en lo alto de su pueblo.

Con el cambio climático, el deshielo de los glaciares de este país del Himalaya provoca la formación de cada vez más lagos glaciares. Para los científicos, estas retenciones de agua son una potencial bomba de relojería, pues si los márgenes se rompen, estas masas de líquido podrían bajar a toda prisa por las montañas y provocar devastadoras inundaciones.

El riesgo es aún mayor porque Nepal se sitúa sobre una falla tectónica, como recordó aquel sismo de magnitud 7,8 que dejó más de 9.000 muertos hace tres años.

La montañosa localidad de Surke, en la que reside Phudoma Sherpa, se sitúa en la parte baja del lago glaciar de Imja, que se formó a solo 10 km al sur del Everest.

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Teníamos fuertes temores de que un sismo provocara un desbordamiento del lago Imja, cuenta la nepalí Phudoma Sherpa (AFP/AFP)

A principios de la década de 1980, el pequeño lago al pie del glaciar Imja, a 5.000 metros de altitud, no tenía nada de especial. Pero para 2014 su tamaño se había casi triplicado y apenas estaba contenido por una pared natural de detritos conocida como morrena y que los expertos creen que no podrá retener las aguas durante mucho más tiempo.

Más de 12.000 personas viven en los 50 km río abajo de esta gran masa de agua, que en caso de un vaciado brutal podría liberar torrentes capaces de alcanzar las llanuras del sur del país, según los expertos.

"Teníamos fuertes temores de que un sismo provocara un desbordamiento del lago. Todos corrimos para protegernos", recuerda en conversación con la AFP Phudoma Sherpa, de 46 años, al evocar el fatídico día de abril de 2015 en el que la tierra tembló.

Aunque el lago permaneció intacto, la alerta recordó la espada de Damocles que representan estas formaciones líquidas para las poblaciones humanas.

Un informe de 2014 de la organización International Centre for Integrated Mountain Development (ICIMOD) registró 1.466 lagos glaciares en Nepal, 21 de ellos potencialmente peligrosos.

Los especialistas consideran que actualmente hay más de 2.000 a pesar de la fusión de algunos de estos pequeños lagos en otros más grandes y potencialmente inestables.

- Una obra en altura -

El alza de las temperaturas amplifica el fenómeno, al acentuar el deshielo de los glaciares. Según otro estudio del ICIMOD, Nepal perdió casi un cuarto de sus glaciares entre 1997 y 2010.

En este contexto, "el riesgo [de catástrofes] crece, ya que los valles cada vez están más poblados, el desarrollo de infraestructuras se vuelve más rápido y se instalan proyectos de hidroelectricidad en muchas riberas de los valles", señala Arun Bhakta Shrestha, especialista en cambio climático de ICIMOD.

Hace dos años, los habitantes de la región del lago Imja soltaron un suspiro de alivio cuando las autoridades redujeron en 3,4 metros el nivel las aguas del lago Imja (con 150 metros de profundidad y dos kilómetros de largo) e instalaron un sistema de alerta. "Antes había un sentimiento de miedo pero ahora nos sentimos mucho más seguros", reconoce Phudoma Sherpa.

"Ahora hay un canal, así que todo el agua que se acumula es drenada. Así se reduce el riesgo", explica Deepak KC, experto del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, que acompañó las obras.

Imja es el segundo lago glacial que se vacía de esta forma. El año 2000, Nepal ya bajó el nivel del Tsho Rolpa, que había adquirido proporciones amenazadoras en el noreste del país.

Pero estos drenajes en altura son difíciles y costosos para esta nación pobre. Aunque Nepal apenas emite 0,025% de los gases de efecto invernadero, es uno de los países más vulnerables y más afectados por el cambio climático.

"Al ser un país pequeño no podemos hacer mucho por nuestros glaciares. Pero debemos hacer lo que podamos por adaptarnos y proteger nuestras poblaciones", constata Rishi Ram Sharma, director general del departamento nacional de hidrología y meteorología.




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