Los arquitectos buscan también la armonía con el medio ambiente
Algunos arquitectos no han esperado la conferencia del clima de París para buscar la armonía con la naturaleza y están construyendo en todo el planeta edificios innovadores que usan materiales locales o consumen cada vez menos energía.
Algunos arquitectos no han esperado la conferencia del clima de París para buscar la armonía con la naturaleza y están construyendo en todo el planeta edificios innovadores que usan materiales locales o consumen cada vez menos energía.
En paralelo a la COP21, varios arquitectos se han reunido en la el Museo de la Arquitectura y el Patrimonio de París para presentar soluciones concretas que preservan el medio ambiente.
Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), la construcción genera un 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero y el 40% de la energía consumida a nivel mundial, recuerda la climatóloga Sylvie Jousseaume.
Para intentar cambiar la tendencia, existen arquitectos como la alemana Anna Heringer, que en 2007 ganó el premio Aga Khan gracias a una escuela en Rudrapur (Bangladesh) construida con barro y bambús.
"Muchas personas trabajaron para construir esta escuela. Hacerlo todo con sus propios manos, a partir de lo que tenemos bajo los pies, devuelve la confianza y la dignidad a la gente", asegura.
Antes de empezar a trabajar, Heringer siempre tiene en cuenta los materiales, la energía natural del lugar y los recursos humanos disponibles.
Sin embargo, un proyecto similar en Austria salió mucho más caro. "Resulta más barato construir con materiales que contaminan, importados desde muy lejos ¡Nuestra economía tiene un problema!", lamenta esta joven arquitecta.
Por su parte la sudafricana Carin Smuts , ganadora del Global Award en 2008, construye escuelas, mercados o centros culturales en colaboración con las comunidades desfavorecidas de los barrios periféricos de su país que, 20 años después del apartheid, "todavía no están integradas en las ciudades" .
"Cada habitante aporta algo, todos contribuyen, incluso los niños hacen pequeñas cosas y utilizamos materiales de recuperación", explica.
Smuts también ha convertido las obras donde trabaja en talleres de formación e incluso de reinserción social, en barrios muchas veces devastados por el crimen de las bandas organizadas.
La arquitecta también denuncia el consumo delirante de algunas zonas ricas de Ciudad del Cabo, donde los campos de golf se iluminan incluso de noche.
- Una casa por 700 euros -
"Como arquitectos tenemos que volver a la construcción colaborativa de nuestro edificios, ya sean casas, fábricas o oficinas", dice por su parte el noruego Kjetil Traedal Thorsen, cuya agencia construyó el edificio de la biblioteca de Alejandría.
"Cada profesional tiene que ponerse en el lugar del otro, como si fueran músicos que intercambian sus instrumentos" augura el creador de la opera de Oslo y de un museo de arte rupestre en Lascaux (Francia).
Según él, un edificio tiene que basarse en el paisaje, en los materiales naturales y "acercar a la gente" para que se lo apropie "y se invente su propia manera de usarlo".
Según el arquitecto francés, Pascal Gontier, construir edificios que consuman poco no es sólo una cuestión de normativa sino "un importante motor de cambio".
También subraya los avances en los últimos diez años, cuando la principal preocupación de los llamados "edificios pasivos", inventados en Alemania, era la calefacción.
"Hoy hemos conseguido reducir el consumo de energía de este tipo de edificios, salvo la ventilación y la iluminación, sobre los que hay que seguir trabajando", asegura.
Desde al año 2001, la fundación Arquitectos de la Urgencia ha reconstruido viviendas en cerca de 30 países afectados por catástrofes naturales.
"En Pakistán se puede construir una casa por 700 euros, usando el mínimo de cosas posibles y formando a la gente localmente. Es una cuestión de voluntad", dice el cofundador de la fundación, Patrick Coulombel.
Estas casas se construyen con ladrillos fabricados tras un proceso de decocción del arroz y resisten a los terremotos y las inundaciones. "Mientras tanto, en un país rico como Francia, se construyen cabañas para albergar a los migrantes en Calais ¡Es un escándalo!", lamenta,
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