Desde Grenoble (Francia) (AFP)

Las estaciones de esquí se adaptan al calentamiento y la falta de nieve

El aumento de las temperaturas ha obligado a las estaciones de esquí a adaptarse, con pistas en donde la nieve es cada vez más escasa o incluso en algunos casos inexistente.

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Nieve artificial en la estación de esquí de Val D'Isère en Francia el 21 de diciembre de 2014 - AFP/AFP/Archivos
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El aumento de las temperaturas ha obligado a las estaciones de esquí a adaptarse, con pistas en donde la nieve es cada vez más escasa o incluso en algunos casos inexistente.

Este ajuste pasa por una diversificación de las actividades en media montaña - 1.300 metros de altura - donde se dará "una muy fuerte variabilidad anual", predicen los científicos.

Desde 1960, la cantidad de nieve en los Alpes franceses se ha reducido un 30% y las temperatura han subido 1,6 grados, según el Observatorio regional de los efectos del cambio climático.

"El límite lluvia/nieve podría subir de 450 a 600 metros en las próximas décadas y las avalanchas cambiar de naturaleza", explica Thierry Lebel, director del laboratorio de estudios de Hidrología y Medioambiente de Grenoble, en los Alpes franceses.

En Drouzin-le-Mont, a 1.250 metros de altitud, la municipalidad retomó las riendas de la pequeña estación de esquí familiar e inició una reconversión dejando atrás el principio de dedicar "todo al esquí alpino".

En la pequeña docena de pistas que contaba la estación se desmontaron los cañones de nieve y los telesquíes; y la vegetación ha reaparecido.

Frente a las pistas donde se instalará una pista de trineo, senderos para hacer esquí joëring (esquí arrastrado por un caballo), raquetas de nieve y trineos tirados por perros, solamente 40 de las 600 camas disponibles estaban ocupadas en el momento de las primeras nevadas, a finales de noviembre.

"Llevamos tres años cerrados. Ya no es rentable. No abandonamos el esquí pero queremos atraer gente con otras actividades. Si no, es la muerte segura", explica Franck Vernay, primer adjunto de la comuna de Biot - 600 habitantes - que maneja la estación.

Pero este problema no se limita a los Alpes. En Suecia, el aumento de las temperaturas, hasta siete grados de aquí a 2011, podría acortar a dos meses la temporada de deportes de invierno desde 2050, según el instituto meteorológico nacional.

En Francia, la temporada podría verse acortada de al menos un mes a partir de 2040 y de dos meses y medio en 2080, según la red de educación en la montaña alpina (Educ'Alpes).

Mientras tanto, la preparación de las pistas ha permitido dividir por tres, desde 1990, el grado de exposición a los cambios climáticos.

"Tomamos mucho más en cuenta la exposición al sol, construimos otras pistas, resguardadas de los vientos y utilizamos la nieve artificial para acoger mejor la nieve atmosférica", explica Benjamin Blanc, director de las pistas de Val Thorens (Saboya, este).

Esta estación, la más alta de Europa (2.300 metros) utiliza también este año por primera vez un satélite de navegación GPS para detectar las zonas con menos nieve, al mismo tiempo que se realiza "20% de ahorro en diésel".

Para la excampeona del mundo de esquí, la francesa Fabienne Serrat, las estaciones de esquí de mayor de altitud serán "las ganadoras" de la evolución climática.

"Antes, nos entrenábamos bien abajo, hacia los 2.400 metros, incluso en el mes de julio. Ahora, muchos jóvenes que compiten se van a Sudamérica", asegura.

En los Alpes, los glaciares están retrocediendo y el esquí de verano también está perdiendo terreno.

Según Educ'Alpes, los Alpes han perdido 26% de su superficie y más de un tercio de su volumen en 40 años.

"Con temperaturas en alza de 2 o 3 grados, las estaciones ubicadas debajo de los 3.000 metros desaparecerán", afirma Thierry Lebel.

La topografía y la exposición al sol tienen su influencia. Pero también la explotación que se hace de estos glaciares, subraya Benjamin Blanc.




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