Desde Jartum (AFP)

La supresión de las sanciones levanta el ánimo a Sudán

Hace años que el ingeniero sudanés Ahmed Abdalá sobrevive a duras penas por culpa de la inflación galopante y la crisis económica. El levantamiento de las sanciones estadounidenses le ha devuelto la esperanza.

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El ingeniero sudanés Ahmed Abdalá, con su familia en su hogar, a las afueras de Omdurman, cerca de la capital, Jartum, donde habló para AFP de su situación económica, que podría aliviarse con el levantamiento de las sanciones estadounidenses - AFP/AFP
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Hace años que el ingeniero sudanés Ahmed Abdalá sobrevive a duras penas por culpa de la inflación galopante y la crisis económica. El levantamiento de las sanciones estadounidenses le ha devuelto la esperanza.

"Nos cuesta sobrevivir y mi salario (de 340 euros, 400 dólares) no basta siquiera para cubrir las necesidades básicas", declara este ingeniero del sector privado que vive en una casa de ladrillo y adobe en un barrio marginal de Omdurman, ciudad cercana a la capital, Jartum. Se las arregla pidiendo préstamos.

La economía sudanesa anda a rastras debido a los déficits presupuestarios, la alta inflación y las sanciones económicas impuestas por Washington desde 1997 por el presunto apoyo de Jartum a grupos islamistas.

El viernes, Estados Unidos anunció que algunas de estas sanciones se levantarán a partir del 12 de octubre, poniendo así fin a dos décadas de aislamiento de Sudán en los mercados internacionales.

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Además de las sanciones, Sudán sufrió un revés considerable con la secesión de Sudán del Sur en 2011, que le amputó la mayor parte de sus ingresos petroleros (AFP/AFP)

El embargo estadounidense "ha debilitado al estado y sus instituciones", lamentó el presidente sudanés, Omar al Bashir, la semana pasada.

Las sanciones restringieron las transacciones bancarias internacionales, los intercambios tecnológicos y la comercialización de piezas sueltas, lo que ha afectado al crecimiento.

Cientos de fábricas tuvieron que cerrar o funcionan al ralentí por la dificultad para importar equipamiento y máquinas.

- "Combatir la corrupción" -

Además de las sanciones, Sudán sufrió un revés considerable con la secesión de Sudán del Sur en 2011, que le amputó la mayor parte de sus ingresos petroleros.

Antes de la secesión del Sur, el país recibía unos 5.000 millones de dólares anuales de inversiones extranjeras, pero esta cifra cayó a menos de 2.000 millones con un crecimiento de 3,5% en 2016.

Con la subida de los precios de la energía, la inflación se ha disparado hasta alcanzar el 35%, con lo que algunos productos básicos han dejado de ser asequibles para familias como la de Ahmed Abdalá, padre de cuatro hijos.

Para muchos expertos, el levantamiento de las sanciones estadounidenses ayudará a revitalizar la economía local, pero es insuficiente.

Ayudará al país "a acceder a las nuevas tecnologías y al mercado financiero internacional, lo que le permitirá gestionar mejor sus importaciones y exportaciones", explica Mohamed El Nair, profesor de economía de la universidad El Mughtaribeen de Jartum.

Según él, el levantamiento de las sanciones tendrá un impacto general aunque inicialmente se notará sobre todo en los transportes, la educación y la sanidad.

El sector del transporte aéreo será uno de los primeros. Hasta ahora Airbus y Boeing se negaban a vender nuevos aviones a las compañías sudanesas y a suministrarles piezas sueltas de recambio.

Pero la economía necesita otro tipo de medidas, insiste El Nair, como "reducir gastos, combatir la corrupción y mejorar el entorno general de los negocios".

- "Reformas" -

El Fondo Monetario internacional (FMI) pidió por su parte "reformas económicas temerarias y de larga duración" para favorecer el crecimiento.

En cualquier caso, los comerciantes de Jartum han recobrado la confianza. "Nuestro volumen de negocio se derrumbó tras la subida de 45% en el precio de la carne con respecto al año pasado", explica Tareq Diab, directivo de una carnicería en la capital.

Incluso los sectores como el de la producción de carne mejorarán con la supresión de las sanciones, asegura, porque se necesitan nuevas tecnologías y otras razas de ganado.

Ahmed Abdalá espera que también sea sinónimo de trabajo para decenas de miles de jóvenes desempleados con la llegada de "empresas nuevas de Francia o de Estados Unidos. "Aumentará mi salario. Estaré contento", predice con una sonrisa.




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