Desde Madrid (AFP)

Empresarios catalanes exasperados por el referéndum preparan planes alternativos

Los grandes empresarios de Cataluña empiezan a perder la paciencia. Preocupados por la pugna en torno al referéndum del 1 de octubre, empresarios de distintos sectores están discretamente frenando proyectos e incluso preparando planes B, pese a estimar improbable la independencia.

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Una bandera independentista ondea durante una manifestación de apoyo a los alcaldes catalanes partidarios del referéndum, el sábado 16 de septiembre en Barcelona - AFP/AFP
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Los grandes empresarios de Cataluña empiezan a perder la paciencia. Preocupados por la pugna en torno al referéndum del 1 de octubre, empresarios de distintos sectores están discretamente frenando proyectos e incluso preparando planes B, pese a estimar improbable la independencia.

"La situación actual provoca muchos nervios, claramente, y preocupación", declaraba esta semana en un foro el director general del Banco Sabadell, quinto mayor banco español, con sede en Barcelona, como CaixaBank, las dos grandes entidades financieras catalanas.

Según Jaime Guardiola Romajaro, hay varias empresas que están preparando "planes de contingencia". Una información confirmada por la principal asociación patronal catalana, Foment del Treball. "Todo el que ve que su actividad puede tener algún tipo de riesgo", se esta preparando, explica Salvador Guillermo, director económico de la patronal catalana.

El gobierno independentista catalán ha convocado para el 1 de octubre un referendo sobre la secesión, prohibido por la justicia española. Si gana el sí, los nacionalistas prometen proclamar la independencia.

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Jaime Guardiola, director general del Banco Sabadell, durante una rueda de prensa el pasado 27 de enero en Barcelona (AFP/AFP/Archivos)

En el caso "muy hipotético" de una independencia, Banco Sabadell no puede permitirse "no quedar bajo el marco regulatorio del Banco central Europeo y de la zona euro", ya que eso le haría perder sus vías de financiación, explica una fuente de la entidad.

Además, los mecanismos para desplazar la sede administrativa, a Madrid por ejemplo, "son muy fáciles" y rápidos, precisa esta fuente. También están estudiando alternativas otras empresas como las agroalimentarias exportadoras, ya que en su caso tendrían que pagar derechos de aduana en caso de salida de la UE, apunta Salvador Guillermo.

En los últimos meses, el director del Banco Sabadell ha sido el único gran empresario catalán que ha hablado en público sobre la cuestión. Cataluña, que aporta casi un 20% del PIB español, cuenta con siete grupos cotizados en el Ibex-35, el principal índice de la Bolsa de Madrid.

Hace algunos años, el presidente de la editorial Planeta, una de las más potentes en lengua española, ya dijo que estaba dispuesto a abandonar Cataluña en caso de independencia. Y el de Freixenet, líder del cava, calificó esa eventualidad de "desastre".

A comienzos de agosto, la empresa de alimentación dietética NaturHouse desplazó su sede de Barcelona a Madrid.

"Si nos preguntan a los empresarios catalanes si queremos un mercado de 550 millones de europeos o de siete millones y medio de catalanes, la respuesta es clara", explicó el patrón del grupo, Félix Revuelta, en una entrevista al diario El Mundo.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, asegura sin embargo que no ha "identificado ningún tipo de deslocalización (de empresas catalanas), porque no hay ningún inversor nacional que considere que el escenario de independencia se va a producir".

- Inseguridad jurídica -

Sin embargo, varios grupos han "retardado ciertos proyectos logísticos o de investigación y desarrollo", a la espera de que el contexto político se aclare, explica un economista de una gran escuela de negocios catalana, que prefiere el anonimato por lo delicado del asunto.

Con todo, asegura, "la mayoría de ellos piensa que no va a suceder nada", si bien tampoco están "nada entusiasmados con lo que esta pasando".

Preguntados por la AFP, CaixaBank (el tercer mayor banco de España), Abertis (gestión de autopistas) y Gas Natural se niegan a hacer comentarios, al igual que el fabricante de productos sanguíneos Grifols.

"En Cataluña, los empresarios siempre han sido muy discretos. Tenemos un gobierno local y muy próximo. Entonces, la gente tampoco quiere que se enfaden con ellos", analiza el experto de la escuela de negocios.

Para hacerse oír, las empresas prefieren ampararse en las asociaciones patronales. "Este escenario de referéndum no se ajusta adecuadamente a la ley", explica en ese sentido Salvador Guillermo, de Foment del Treball, insistiendo en la necesidad de respetar "el estado de derecho y la democracia".

"Queremos diálogo, negociación y pacto. A lo mejor hay que ajustar el encaje de Cataluña en España", con una autonomía económica reforzada, detalla este directivo, llamando a los políticos a mirar más allá del 1 de octubre.

Pimec, la patronal catalana de pequeñas y medianas empresas, se ha posicionado a favor de un referendo pactado sobre la independencia, y destaca las "frustraciones no resueltas" suscitadas por la falta de diálogo entre el gobierno central y el Ejecutivo catalán.




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