Desde Bruselas (AFP)

El tuit conciliador del ministro belga, 'Keep calm and Love Canada'

'Keep calm and Love Canada'. Con esta frase de amor a Canadá, el ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, ha recuperado este miércoles el control de su cuenta de Twitter, pirateada la víspera con mensajes insultantes al gobierno canadiense.

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El ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, en la Reunión Informal de Asuntos Exteriores Europeos en Bratislava, Eslovaquia, el 2 de septiembre de 2016 - AFP/AFP
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'Keep calm and Love Canada'. Con esta frase de amor a Canadá, el ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, ha recuperado este miércoles el control de su cuenta de Twitter, pirateada la víspera con mensajes insultantes al gobierno canadiense.

"Feliz de estar de regreso tras un pirateo de unas horas. Siento las molestias ocasionadas", tuiteó Reynders tras recuperar su cuenta, junto a una imagen con los colores de la bandera canadiense que reza: 'Keep calm and Love Canada' ('Mantén la calma y quiere a Canadá').

La víspera, un pirata informático se hizo con el control de la cuenta twitter del ministro, en la que publicó una foto del ex primer ministro canadiense, Stephen Harper, con la mención 'Hey Canada, Fuck You!' (¡Hey Canadá, vete al c...!).

El incidente tuvo lugar horas después de que la Comisión Europea diera de plazo hasta el viernes a la región belga de Valonia para que aceptara el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá, conocido como CETA.

Reynders, que representa al gobierno federal belga, es un ferviente partidario del acuerdo, pero el gobierno regional de Valonia bloquea el aval del reino belga necesario para la firma del tratado.

El presidente regional valón, el socialista Paul Magnette, rechazó el martes por la noche el ultimátum de la Comisión, en nombre del "respeto de los procesos democráticos", indicó.

"Existen demasiados problemas para alcanzar un acuerdo antes del viernes", agregó Magnette, que reclama garantías para los agricultores, el medio ambiente y de carácter social, lo que valió el respaldo de numerosos activistas.

El rechazo de Valonia, una región francófona de 3,6 millones de habitantes, pone en peligro la firma formal del acuerdo, que debería llevarse a cabo durante la visita a Bruselas, a finales de octubre, del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.




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