El regulador ambiental de la industria petrolera de México dijo este lunes que autorizó con condiciones la construcción de la refinería de Dos Bocas, en el sureño estado de Tabasco, un polémico proyecto del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
El regulador ambiental de la industria petrolera de México dijo este lunes que autorizó con condiciones la construcción de la refinería de Dos Bocas, en el sureño estado de Tabasco, un polémico proyecto del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
La Agencia de seguridad Energía y Ambiente (ASEA) dijo en un comunicado que para autorizar el proyecto aplicó "los estándares más estrictos para la salvaguarda de los bienes y servicios ambientales de la zona y la seguridad de las personas y comunidades".
Entre las condiciones que puso la dependencia a la estatal Petróleos Mexicanos para la construcción de la refinería están la prohibición para interrumpir el flujo de cuerpos de agua como ríos, así como la protección de manglares en la zona.
También ordenó monitorear la calidad del agua en la zona y la reubicación de flora y fauna en riesgo.
Varias organizaciones ambientalistas, entre ellas Greenpeace, habían pedido a ASEA que no diera la autorización para la construcción de la refinería al señalar que los documentos que presentó Pemex para obtener la autorización no tenía información técnica suficiente para ser evaluada de forma integral y objetiva.
A inicios de junio, López Obrador, inauguró la construcción de la refinería, parte primordial de su plan para reactivar la industria petrolera nacional, pero que expertos consideran inviable también en términos financieros.
"La vamos a construir en tres años y va a costar 150.000 millones de pesos (unos 8.000 millones de dólares). ¡Me cansó ganso!", dijo en ese momento el mandatario izquierdista, desafiando estimaciones de analistas de que costará casi el doble y tomará unos ocho años construirla.
El proyecto de la refinería Dos Bocas, en Tabasco -el estado natal de López Obrador-, fue primero licitado a un grupo de empresas extranjeras seleccionadas por el gobierno pero se declaró desierto cuando las participantes propusieron presupuestos y tiempos de entrega mayores a los exigidos por el presidente.
El gobierno decidió entonces que la endeudada petrolera estatal Pemex construya la refinería, cuya capacidad de proceso será de 340.000 barriles de crudo por día y entregará diariamente 170.000 barriles de gasolina y 120.000 de diésel.
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