El racismo prolifera y se normaliza en internet
Los grupos de extrema derecha encontraron en internet una herramienta para difundir sus discursos de odio y normalizarlos, incluso para las víctimas que en su mayoría desisten de denunciarlos, según un estudio de antropología de la Universidad de Barcelona.
Los grupos de extrema derecha encontraron en internet una herramienta para difundir sus discursos de odio y normalizarlos, incluso para las víctimas que en su mayoría desisten de denunciarlos, según un estudio de antropología de la Universidad de Barcelona.
En esta investigación, llevada a cabo junto a otras entidades de Italia, Francia, España, Rumanía y Reino Unido, denuncian la pasividad y la permisividad de la sociedad y las plataformas digitales frente a estos mensajes que parecen consolidarse tanto en la red como en la política europea, con un constante crecimiento de la extrema derecha.
"Internet ha supuesto un salto cualitativo para muchas cosas y también para la difusión del discurso del odio", señaló en una rueda de prensa el doctor en antropología Miguel Pajares, que participó en este estudio enmarcado en el proyecto europeo PRISM para combatir estos mensajes.
"Internet no sólo ha supuesto la posibilidad de expandir este discurso, sino que también lo ha normalizado y se asume como inevitable", añadió.
Durante su estudio, los investigadores entrevistaron a 150 usuarios de las redes sociales (entre ellos numerosas víctimas de estos discursos) y profesionales vinculados a este tema, como policías o fiscales, de los cinco países participantes.
La principal conclusión es que las víctimas no denuncian estas situaciones. Según una estimación de la Agencia de los derechos fundamentales de la Unión europea, entre un 60 y un 90% renunciaron a hacerlo.
De las víctimas entrevistadas, sólo una había denunciado a la policía actitudes xenófobas, señalan.
Esto supone un doble problema: "se consolidan estas ideas como válidas y, de rebote, se reduce la magnitud del problema" pues sin denuncia estos actos no constan en las estadísticas oficiales, advierte la antropóloga Olga Jubany, que lideró el estudio.
Entre los motivos de esta pasividad, figuran el hecho de que la víctima ya esté acostumbrada, el desconocimiento de que estas actitudes puedan ser un delito y la desconfianza de la eficiencia de los mecanismos de denuncia tanto por vía policial como a través de los administradores de las webs.
De hecho, los investigadores denunciaron a facebook cien comentarios racistas en la red social y sólo nueve fueron eliminados. Entre los aceptados, hay algunos pidiendo matar a musulmanes o enviar a judíos a campos de concentración.
"No denuncian porque no funciona. Estos mecanismos no están siendo eficientes como deberían serlo. Si no se hace nada, los mensajes permanecen y siguen promoviendo estos discursos", alertó Jubany.
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