El nuevo presidente de Volkswagen promete intensificar las reformas
El nuevo presidente ejecutivo del gigante alemán del automóvil, Volkswagen, prometió intensificar sus reformas para llevar al grupo hacia la movilidad del futuro, y dejar atrás los estragos que causó el 'dieselgate', como se conoció el escándalo por falsificar el nivel de emisiones contaminantes de sus vehículos.
El nuevo presidente ejecutivo del gigante alemán del automóvil, Volkswagen, prometió intensificar sus reformas para llevar al grupo hacia la movilidad del futuro, y dejar atrás los estragos que causó el 'dieselgate', como se conoció el escándalo por falsificar el nivel de emisiones contaminantes de sus vehículos.
"La idea es profundizar el cambio, y no una revolución", hizo saber Herbert Diess el viernes en Wolfsburgo en su primera conferencia de prensa.
El que dirigía sólo la marca VW toma el mando ahora de una empresa inmersa en una interminable crisis de imagen desde que admitió en 2015 haber alterado 11 millones de vehículos diésel para ocultar su nivel real de emisiones contaminantes.
"Vamos a darle prioridad a los (autos) eléctricos, a la digitalización y a nuevas formas de desplazamientos, vamos asimismo a continuar el cambio de cultura en la empresa", prometió el austríaco de 59 años, que puso destacó un proyecto con miras a la continuidad antes que a la ruptura con el pasado.
Su predecesor, Matthias Müller, que fue oficialmente cesado el jueves pero cuya partida fue anunciada por la prensa alemana hace varios días, ya había iniciado una reestructuración masiva orientada a la reducción de gastos. Müller permanecerá en el grupo como "consejero".
Diess no está en la mira de la justicia, a diferencia de Müller. El nuevo presidente ejecutivo trabajaba en BMW y llegó a VW justo antes de que estallara el escándalo.
- Reorganización como reto -
Además del cambio de dirección, la reorganización de VW se hará con una modificación de la estructura misma de este imperio automotor.
La empresa con 12 marcas va concentrar operaciones alrededor de seis ramas y crear una entidad dedicada a China. También va a preparar la salida a la bolsa de su división camiones y autobuses.
Volkswagen anunció en paralelo una asociación estratégica con el japonés Hino Motors, filial de su histórico competidor Toyota, para reforzar la tecnología que equipa a sus utilitarios y preparar así la unión antes de la salida a bolsa, que no se hará este año.
Automóviles eléctricos o híbridos, digitalización, nuevos servicios de movilidad: Diess, con reputación de cazador de gastos, debe organizar estos giros en momentos en que el futuro del diésel, producto estratégico, parece comprometido.
El grupo logró a pesar de todo mantenerse en 2017 en el primer lugar mundial, delante del japonés Toyota.
Con 11.350 millones de euros, su beneficio neto se duplicó en 2017 con respecto a los 5.400 millones de euros de 2016. El año del escándalo, el grupo reconoció una pérdida inédita de 1.600 millones de euros por las provisiones necesarias por el diéselgate.
Diess tiene el apoyo unánime de los principales accionistas, las familias herederas Porsche-Piëch.
Como signo de esta confianza se convierte en jefe de la marca VW, del grupo Volkswagen y de investigación y desarrollo, un perímetro aún más amplio que el del "super-jefe" que era Martin Winterkorn, que dejó el cargo en 2015.
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